miércoles, 23 de diciembre de 2009

CRISIS

Se ha quedado en el paro el oficio de mis letras y es que cuanto más siento, menos digo. No me queda más remedio, las ideas salen a subasta. Me abandonan y se van con su nuevo dueño, han dejado de pertenecerme.

Ya no queda presupuesto para rayas ni palabras. Los sueños redactados han hecho crack. Como tragaperras echo monedas a mi pluma para acertar la combinación pero nunca llega porque, la imaginación está en recesión y al final, el resultado son páginas en stock con plus de insatisfacción. Me rebajo y cuelgan de mis anotaciones, carteles que marcan con fosforitos “al 50% de ingenio”.

No me alcanza para un flotador que, rescate los mares revueltos de mi estilo liquidado. La lengua va dando tumbos por las esquinas con poco o nada que decir. La moleskine se ahoga entre frases anuladas como las tarjetas que un día fueron oro de lo brillantes y hoy, se queman a la sombra del rojo vivo. Los nombres pasan de ser autógrafo a una firma vulgar, es el indicio de lo que se avecina, la baja y factura sellada con anonimato.

Pero hablemos de precios porque, elegir lo que uno prefiere tiene un coste bien alto, sólo apto para los más pudientes de barrios de derecha y eixample de valientes. Mi deseo es tenerte pero antes, un consejo, que la ambición no ciegue lo que dejaré pasar porque nada es gratis y los folios en blanco van a la caza de un tal Marx para saldar la cuenta pendiente con la fugada inspiración.

Qué barato es encapricharse y qué ruina, el haberte escogido. Pido un crédito a la genialidad y de tanto esperar opto por alquilar esas noches en que el lápiz parece correr como las acciones en Wall Street, donde escribo más que pienso, donde siento lo que produzco. Pero la cosa está muy negra. Miro en la prensa las páginas de la bolsa que no deja de bajar. Se ha subido en el mismo ascensor que viaja ahora mi creatividad, precipitándose al sótano, tan alejado de la gloria.

Así que vayamos al casino y apostemos todo por el rojo, el color de la pasión. Esa que lo da y lo quita todo. Dejemos el destino en manos del croupier y en la mesa de juego, nuestra alma cronista intercambiada por una cuantas fichas.

Qué difícil explicarte; no no, quiero decir, expresarte…aunque bueno, ya ni sé como reprocharte que eres el culpable de mi particular crisis. Pero para eso ya están los artistas que sacan ironía y agudeza del bombín con frases sabineras que auguran mi finiquito: “¿Cómo quieres que escriba una canción si a tu lado no hay reivindicación?”

lunes, 21 de diciembre de 2009

lunes, 14 de diciembre de 2009

SIN CONTROL, NI CORAZÓN

Siempre dando vueltas, nunca se para a dormir, gira al compás de su amigo el reloj como una noria, sin norte ni tampoco sur, sin cielo ni infierno. Es fiel a lo ambulante. Me refiero al mundo, el tuyo y el mío. Que se mueve, que bombea, que palpita al ritmo del trote y el galope. Una veces tan pausado, como al segundo, algo más que acelerado.

Otro, en cambio, es el músculo que da sentido a cada giro de este globo. Es el que hace que todo parezca posible. Te hablo del corazón, el tuyo y el mío. Con sus penas y sus glorias; alegría algún día y calendarios enumerados con melancolía. Tan opuestas, tan de la mano.

Algunos derrotados apuestan por el capital como propulsor caprichoso de nuestro mundo. Otros tienen fe en el motor y hogar donde habita el amor. No obstante, sean los metales o los corazones ambos tienen algo en común. Su ausencia nos hace desgraciados pero poseerlos no nos garantiza la absoluta satisfacción. Resumiendo, los dos son unos cabrones adobados con trampa y cartón.

Pasaporte de la vida, dinero o corazón. Unos lo guardan en la cartera otros, en lo más profundo del esternón. Y del segundo también me pregunto si es vecino del pulmón o más bien se sitúa debajo de la falda y el pantalón. De nuevo, hay que hacer una elección. Y es difícil porque no hay preservativos de la talla del corazón. Sí, en cambio, del músculo de la calentura, que va cubierto de su armadura y de ese placer que no dura, que arde pero no duele. Que siempre plastificamos a todo riesgo. Para todos los tamaños, de sabores y colores, es infinita la selección. ¿Y que hay del corazón? No se venden lubricantes que hagan deslizar el desamor, ni pastillas para olvidar la ausencia del día después en soledad. Tampoco plastificadores para el corazón, que lo envasen al vacío para que no quepa en el aire ni un átomo de sufrimiento. No hay ningún lugar en el que guardar esos sentimientos concentrados que un día creiste que fueron sólidos y se convirtieron en fluidos semendesnatados. Acabaste fecundando decepción. Y es que cuando la crisis asoma, no le queda otra al amor que compartir gastos de alquiler con el dolor. Y el corazón con sus varias capas de piel, que se esconde con el frío de las heridas y se agranda al tocarlo pero en un día cualquiera, ese corazón ya no late porque nunca nadie pensó abrigarlo con un poco de latex.

Por eso, alerta si se acerca un tal Cupido. Porque olvidaste pensar en la protección.

martes, 17 de noviembre de 2009

GOTERAS


Me gusta pasear por la ciudad en esos días que el cielo descarga toda su melancolía, que esparce su dolor en el grisáceo asfalto. Las nubes son los corazones hechos trizas que se quedan apelmazados y repartidos por encima del olvido escurriendo el sufrimiento en las aceras.

Lágrimas diluviadas que inundan las alegrías. Dejan las motocicletas de circular y entonces, salen coches y caracoles a pasear, paraguas que se abren como setas en otoño. Botas de agua, impermeables de colores y un sin fin de vestimenta que hace resbalar soledades y tristezas.

En uno de esos días en que el cielo no deja de sangrar verdades trasparentes, decidimos parar a comer en el lugar más cercano. Subimos unas cuantas plantas, para acercarnos al cielo de los doloridos. Desde una terraza acristalada truenan desconsuelos. Se instalan allí nuestras almas congestionadas para rellenar el vacío de los sentimientos que se habían largado a un paisaje más soleado. Pero allí estamos, tan dispuestos a engañarnos, a dejarnos consumir por manjares que nos saciarán aunque no alimentan. Completamos los huecos con alcohol de quemar recuerdos. Y de pronto una bofetada de realidad, los comensales sacan sus paraguas mientras que con la otra mano sostienen, el vino que se sirven.

Es en momentos así cuando uno se da cuenta que las goteras del corazón, gota a gota, van encharcando no sólo nuestra vida sino la de los que nos rodean. Vamos regándoles de preocupación, mojando los sentimientos sin ningún pudor y al final se produce el escape, esa huida tan necesaria que sale disparada desde el interior y corre hacia ningún lugar, sin rumbo ni camino, por donde puede, por donde le dejan pasar hasta llegar a fuera, a ese lugar donde corretear y bañarlo todo de angustia y dolor.

Por eso, cuando empiece a gotear mejor... gritar, llamar a un fontanero de emociones pero nunca tapar para acallar, remendar para aguantar porque el resultado siempre es el mismo: estamos inundados!

jueves, 12 de noviembre de 2009

LAS FAROLAS


Llegado el otoño, la ciudad se despoja de sus ropas coloridas y el calor se desnuda dejando paso a la sobriedad y crudeza del plomizo asfalto. Sin embargo; algunas farolas, como faros para marineros y sirenas extraviadas, nos alumbran el camino para hallar a la fugitiva alegría.

Colgado en lo alto; el genio y el arte del poeta cantante. Me paro a ver el cartel mientras pienso que me gustan los colgados como Sabina! Y es que algo tienen de especial las farolas con el rey de los sombreros de copa que no hacen magia pero whisky y mechero, copan.

Parece que todo sea distinto, la ciudad respira un aire perfumado de canción. La poesía corretea por las calles, esta vez, de la mano de literatura aliñada con aromas de Sant Jordi (“Vinagre y Rosas”). Pero ya se sabe, que tras caer el Sol aparece la compañera soledad, cargada de recuerdos y melancolías que vienen resistentes y abrigadas. Amarga oscuridad, como esa sala de espera donde aguardamos los remedios que ya no vienen con recetas ilegibles pero sí con sueños dibujados. Llega a su fin la nocturnidad, como lo hacen las canciones.

Y allí siguen las tops del mobiliario urbano que, con prostitutas y borrachos, se turnan la penumbra para llenar de luz esas noches de bohemia sabinera. Son linternas de sobremesa con duende y embrujo, sin trampa ni cartón que iluminan las tristezas, encienden la pasión, alumbran el desconcierto, irradian buen humor, resplandecen las ilusiones; deslumbrado queda el olvido.
Sin duda, son ellas un tanto particulares. Y la gente al pasar, callejean en silencio tan deprisa como bailan los acordes de una guitarra que sostiene el maestro Sabina. Y entonces, Joaquín saluda desde las alturas y algunas farolas!

* 17 de diciembre concierto de Joaquín Sabina en el Palau Sant Jordi. Un mes antes, su nuevo disco "Vinagre y rosas" saldrá a la venta.

martes, 27 de octubre de 2009

VOLAR

Todos, de vez en cuanto, deberíamos estar dispuestos a volar. Es necesario, estoy segura, algunos quieren pero el miedo les vence, otros no sabrán jamás lo que es elevarse y unos pocos, como si el aire mezclado con estrellas fuera una droga sin igual, se lanzan a pilotar el vacío y la inmensidad.

El viernes pasado elegimos volar. Yo lo sabía, mi acompañante sabemos que lo suponía. Llegamos a Empuriabrava y con arnés y unas gafas de lo más anticool seguimos las flechas que marcaban destino “adrenalina”. Dejamos los problemas en la pista de aterrizaje, colgamos el dolor de la ingravidez y sin darnos cuenta despegamos los cuerpos de la ventana que nos asomaba a la realidad. Subidos a la avioneta, y demasiado tarde para recular, nuestro piloto que, a diario abusaba de este momento estelar, leía una revista atado a unas esposas hechas de costumbre. Las llaves debió lanzarlas para olvidarse de disfrutar.

Mis oídos cronometraban la altura y a medida que ascendíamos se sumaban también las emociones. El pasillo donde nos sentábamos, en silencio vibraba. Era un trayecto como sala de espera dónde todos ansiaban el sello en el pasaporte a la existencia. Casi nadie hablaba y aunque yo también era protagonista, me pasé al bando cronista. Siempre disfruto observando las caras ajenas y también las que no son forasteras. Trataba de leerles el reto en la mirada, la novedad quizás, la falsa osadía o quién sabe, si el entusiasmo acallado. También a mi acompañante que, atado al arnés, le colgaban las etiquetas ying yang, de un negro“euforia” y un blanco“respeto”.

Fueron apenas segundos y entonces los profetas ya lo anunciaban, era la hora del juicio final. De golpe y sin tiempo para pestañear el viento nos había sacado a la pista y ¡a bailar! Todo ocurrió más que deprisa, nos trasladamos a un frigorífico mental dónde los pensamientos se congelaban en cubiteras. Fue un stop neuronal. Después, vino el vaivén de gritar y soñar y fluir, despertar, desconectar y porque no, de olvidar.
Sentíamos la enormidad, el espacio nos convirtió en motas de polvo en medio de aquel infinito. Fueron 56 segundos a 200 de velocidad, rápidos como el asíndeton hasta que, como pétalos los paracaídas se abrieron. Nos dejamos flotar, vibrar, precipitar, sentir. Descubrimos que el aire no tiene raza. Que las nubes son sentimientos enmarañados recubiertos de azúcar glass. Que volar es el ingrediente que fecunda versos nacidos del corazón. Que las aves son los poetas y cantautores del cielo. Que es posible bucear en el espejo del mar. Que uno se incendia al mirarle a los ojos al atardecer. Que somos partículas con sobredosis de ego. Que no somos nada además de serlo todo.

Y de pronto, aterrizó nuestro mundo en la tierra y fue entonces cuando supimos que no es malo soñar que llegará ese día en que el hombre se atreverá a volar.

sábado, 17 de octubre de 2009

LOBOS MUSICALES





¿FALSA HONESTIDAD?

De vez en cuando me pierdo, no me encuentro pero son muchas más las veces que pierdo cosas. Paraguas, jerseys, gafas de sol, ipods…son mi pan de cada día. La última, hará menos de una semana cuando entraba a La Caixa con mil cosas en la cabeza y me dejé mi netbook nuevo. No lo eché de menos hasta al cabo de unas horas y, fue entonces cuando la culpabilidad me caló el cuerpo entero. Luego vino la negatividad…sonaba imposible pensar que el afortunado que lo encontrara no se pusiera un antifaz de nueva propiedad. Volví al lugar del crimen pero, como era de esperar, ya no estaba. Me castigué toda la tarde porque no era la primera vez y sabía que tampoco sería la última. Pero como dice mi madre, “la suerte conmigo no hace vacaciones”. Al llegar a casa busqué en la página de Sony acerca de las garantías por robo voluntario y consentido pero nada…Abrí mi Hotmail y allí estaba, un mail con asunto “portátil perdido”. No daba crédito mi desconsuelo ni yo, tampoco. De un plumazo, la poca esperanza que tenía dio a luz. Al día siguiente llamé al teléfono que ponía en el mail, ansiosa por conocer la voz de la bondad. Me contó su historia. Era la niñera de una familia del Putxet y por el timbre de su voz supe que no era española. Acordamos el día para quedar y recoger el portátil. Y así fue, llegué con el cuerpo cargado de alegría y fe. En las manos, un ramo de flores y un detalle para Ana, que así se llamaba.

No sé cuantas veces llegué a darle las gracias y me retuve de estrujarla hasta dejarla hecha un zumo. A medida que íbamos hablando entendía menos, me contó su situación en Barcelona. Nada agradable, por cierto. Trabajaba sin parar, incluidos sábados y domingos. Y aún así no le alcanzaba. A su marido lo habían despedido del trabajo y su hermana estaba en Bolivia a la espera del dinero que ella les mandaba para curarse el cáncer que la estaba matando. Ana se sabía su discurso y a mí, me logró ablandar hasta ese punto que la historia se giró. Me lanzó entonces una aspirina que aplacase la culpa que se pintaba en mi cara. Se le ocurrió supuestamente de improviso que la podía ayudar, dándole a lo mejor, un tercio del precio de mi portátil. Y con arnés y un poco de desilusión mi optimismo saltó a hacer puenting hasta llegar a lo más bajo dónde finalmente se estrelló sangrando desilusión. Al principio no entendía ese gesto de humanidad solapado a una historia infectada de pobreza y enfermedad. Después entendí menos, así que me tranquilicé porque nada podía ser más desconcertante de lo que estaba siendo. Y saberse abajo implica que uno sólo puede volver a subir. Mis sospechas dejaron entonces de ser pura ciencia ficción, sin embargo, dudaba. ¿Chantaje o desesperación? Apunté su número de cuenta porque pensé que si era teatro, pagaría la entrada por su buena interpretación y si era cierto, el dinero se emplearía para algo mejor que mis gastos y caprichos.

A día de hoy, no he recibido noticias suyas. ¿Sería una prueba de mi voluntad o falsa honestidad?

viernes, 16 de octubre de 2009

ILUSIÓN


Ilusión he sentido cuando han tocado al timbre de casa para entregarme el nuevo número de la revista Zona de Obras en la que colaboro y donde aparece mi primera entrevista con el grupo catalán Dorian.


No hay mayor satisfacción que firmar con nombre y apellido unas letras que llevan los tachones de hojas en sucio, las acotaciones, los cambios hasta conseguir lo que uno quiere, la información cuidada al detalle, el tiempo dedicado, al fin al cabo todas las sensaciones y sentimientos de alguien. Esta vez: Por Sara Casanovas.

jueves, 15 de octubre de 2009

RAMBLA CATALUÑA

  • Las abuelas que con alegría se engalanan cada mañana para ir a desayunar infusión y pastas a la Mauri.
  • Las motos que zigzean entre los coches porque llegan tarde a trabajar.
  • Los ejecutivos trajeados que caminan a paso ligero hablando por su iphone.
  • El señor que ronda los ciencuenta y abrillanta con esmero los zapatos de abogados y banqueros.
  • Las madres que pasean y se paran en las tiendas.
  • Otras madres, más atribuladas que arrastran mochilas enormes, más grandes que sus hijos.
  • Los niños que lloran y se retuercen porque el colegio les parece una tortura.
  • Los jóvenes que van en bicing y se saltan todos los semáforos.
  • Los coches que pitan quejándose por todo.
  • Los observadores que, como yo, miran desde alguna terraza en la Rambla Cataluña.
  • La Cervecería Catalana, llena a cualquier hora.
  • Las adolescentes con esa vestimenta que advierte que están hechas un lio.
  • Los que salen al balcón, como yo, a fumarse un pitillo.
  • Las embarazadas que presumen de pesar el doble.
  • Las tapas de jamón del "5 Jotas"
  • La arquitectura modernista y clásica que me deja la mirada ausente unos minutos.
  • Los diseñadores con cascos de colores chillones y enormes, bambas arcoiris, gorras de Ed Hardy y su mac bajo el brazo.
  • Los guiris que viajaron en low cost y se lo gastan todo en cervezas.
  • El petit comité, del passatge concepció, cuando me invita mi madre que no es becaria.
  • Bohemios con pantalones de 300€ que nadie lo diría. Y eso es lo que pretenden.
  • Los odiosos urbanos que custodian mi coche en la zona azul.
  • El quiosquero de la esquina, que vende diarios y regala sonrisas.
  • La señora que pasa cada mañana a las 9:45h con un modelito recién sacado de algún desfile de Agatha Ruiz de la Prada.
  • Los transportistas que comen el bocadillo en carga y descarga mientras sueltan piropos, más o menos, picantes como la chistorra de sus bocadillos.
  • Las caras que ponen esas burguesitas catalanas cuando los anteriores las halagan en su argot. Escandalizadas huyen porque son demasiado dignas y el bisturí les ha plastificado además de la sonrisa, el sentido del humor.
  • Los comerciales a pie de calle, desesperados por las evasivas de los paseantes.
  • Esos hombres desenfadadamente elegantes que tanto me gustan y me entretienen pensando qué profesión tendrán.
  • Patatas, olivas y cervecita en La Bodegueta.
  • La calle dónde mi padre tiene su hogar.
  • Los perros que andan majestuosos porque no han pisado el campo ni se han ensuciado.
  • Los bachillerato de la Granés que se juntan en los bancos a fumar y hacerse chuletas.
  • Los abuelos que pasan de los locales chic y se juntan en el bar de siempre para echar un dominó.


    La Rambla Cataluña quizás no es excepcional pero para mí, es entrañable.

jueves, 3 de septiembre de 2009

VERBOS ACABADOS EN –AR

Hoy dejo de fumar. Suena a objetivo de nuevo año sin embargo, no lo es. Me he dado cuenta que no lo necesito. No es imprescindible en mi vida. De hecho pocas cosas lo son. Dejar de fumar es como dejar de querer. Para hacerlo hay que ponerle ganas, o en su defecto, desgana. Si algo puedo decir con rotundidad es que no me autoengaño. Algunos cuando lo dicen por azar como el que suelta un “te quiero” como consecuencia del hábito, luego recae, es normal. Aunque no me caracteriza la fuerza de voluntad ni tampoco la disciplina sí destaca mi orgullo y seguridad por eso, estos dos verbos acabados en –ar (fumar y amar) no me van a quemar. Fallar sería chamuscar mi ser más redentor. Y es que el amor deja de ser interesante cuando se convierte en rutina, en necesidad. Lo mismo sucede con los pitillos, pierden su encanto porque ya no los deseas sólo los necesitas. Lo que empezó una noche tonta entre cervezas y coqueteos acaba siendo una atadura, un lastre a mi entender. Después de comer, en alguna terraza con los amigos, leyendo la prensa de buena mañana, de noche y de fiesta, después de querer. Se convierte en una mecánica parecida al lavarse los dientes y al final acabas por fumar mientras te aburres. Fumar y querer, ambos se compran y se venden. Son bocanadas de placer, que se encienden y se apagan pero cuando sólo queda humo, las cenizas ya se anuncian. O cuando los besos saben a cenicero lo mejor es darlo por finiquitado. Pero el poder de la ausencia de nicotina es toda una prueba de intenciones y además se asemeja con la angustia que provoca perderse en las redes del amor. Es recomendable conocer en que consisten las dos “-ar”. Sí si, amar y porque no, fumar. Pero lo esencial es saber salir, ponerle fin cuando empieza a condicionar.
De voluntad se nutre la capacidad de dejar pero, si no la hay, es aconsejable ponerse parches de libertad. Yo no los voy a necesitar, tampoco manuales de inseguridad porque me he dado cuenta que no soy adicta a la necesidad, podré prescindir de lo imprescindible. Como Marlboro y Camel, que nunca fueron de la misma compañía. Amor y necesidad, no son una buena fusión porque todo acaba sabiendo a filtro quemado. Mi propósito por tanto, es que dejo de fumar pero nunca, dejaré de amar.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

ENTRANTES

Los entrantes, ya lo dice la palabra, abren boca. Calman pero no sacian, seducen al imaginario por lo que vendrá, sugieren y también engañan porque al final, queremos más. Ocurre lo mismo con el disco de Fito y Fitipaldis previsto para el próximo 15 septiembre. Mientras tanto nos contentamos con un platito de “antes de que cuente diez”, su nuevo single. Y como todo lo bueno, se cocina ya a fuego lento el postre, su concierto en la ciudad condal. Será el día 12 de diciembre. Así que ya saben, si el hambre aprieta, cuenten hasta diez. Bon profit!

lunes, 24 de agosto de 2009

VICEVERSA

Tengo miedo de verte

necesidad de verte

esperanza de verte

desazones de verte.

Tengo ganas de hallarte

preocupación de hallarte

certidumbre de hallarte

pobres dudas de hallarte.

Tengo urgencia de oírte

alegría de oírte

buena suerte de oírte

y temores de oírte.

o sea,

resumiendo

estoy jodido

y radiante

quizá más lo primero

que lo segundo

y también

viceversa.

De Mario Benedetti

jueves, 20 de agosto de 2009

THERE IS LIFE BEFORE THE DEATH?

Habló el maestro Punset de esta frase tan llena de verdad y mentira – diría Mejide.
Banalizamos, hablamos, sufrimos por lo que nunca fue, lo que nunca tuvimos, lo que no sabremos jamás. El “no” posee tanta verdad como el “si”. Me gusta más el sí, las respuestas con teoría sencilla fruto de mucha experiencia. Igual que lo real siempre supera a la ficción. La verdad está aquí y ahora. Y aunque el mañana nunca muera ¿porqué nos torturamos con lo que llegará cuando ya ni seremos? Si una moneda tiene cara y cruz ¿porqué elegimos crucificarnos? Ir más allá no requiere pensar en el más allá sino en plantear las cosas de forma distinta, del lado que conocemos que, por cierto, no siempre es mucho.

Vivimos esclavos de lujos y poses como si eso fuera lo verdaderamente importante cuando deberíamos movernos sólo por aquello que nos entusiasma, que nos despierta el alma sin más.

Vemos sólo lo que queremos, lo que nos dejan ver, lo que nos venden. No nos importan los valores sólo el valor de las cosas. Cosas que nos dan esa felicidad instantánea que se esfuma tan pronto las poseemos y entonces queremos más, otras cosas que son no necesarias pero creemos necesitar. Dejamos que la verdad se vaya cubriendo de pompa y del resplandor del tener que se baña siempre en burbujas de opulencia.


Criticamos pero no actuamos. Ya no filosofamos sólo, rentabilizamos. No queremos cambiar el mundo, sólo comprarlo y venderlo.

Vivimos del revés, pensando en la vida después de la muerte cuando la pregunta correcta sería preguntarnos si hay vida antes de la muerte. Deberíamos pensar si la vida que tenemos es la que querríamos tener, qué posibilidades nos ofrece, cómo queremos vivirla. Pero a eso no nos enseñan en la universidad, ni en el colegio. Nos da miedo pensarlo, saber que quizás no somos lo que queremos ser, tememos reconocer que nos hemos traicionado, que llevamos la vida que otros eligen por nosotros. Es más sencillo pensar en lo que no depende de nosotros, lo que vendrá pero nosotros no elegiremos porque la libertad se anhela pero también asusta. Ser dueño de uno mismo, ser el guionista de tu propia vida es una mezcla de satisfacción y turbación porque erraremos, porque tendremos que pedir perdón, porque lloraremos y también sufriremos pero todo ese dolor será el que nos transporte a lo que queremos y deseamos ahora y hoy.

miércoles, 19 de agosto de 2009

ARRIESGA

A veces arriesgar es la postura más conservadora, la menos temida e inestable. Me explico. La comodidad, la conformidad y la normalidad no acarrean ningún riesgo pero sí una muerte anunciada, la tuya. Ser como los demás, vivir como el resto. Dejas de ser tú, para ser ellos, para ser nadie. Eres uno más y eso sí que es arriesgado.

El riesgo no implica aventurarse sino asegurarse. El riesgo te permite ser en vez de simplemente estar. No hay mayor riesgo que el no arriesgar. Hacer lo impensable no es ninguna locura, todo lo contrario, resulta de lo más saludable.

Arriesgar puede que nos traiga sufrimiento y éste, duda, nos tira de cabeza a la realidad. Cualquier experiencia dolorosa quedará sellada en nosotros, nos abrirá los ojos para más adelante. Será nuestro pasaporte hacia lo interesante y verdadero.

Mi consejo…arriesga siempre.

sábado, 15 de agosto de 2009

REPETIR



Hacía bastante tiempo que había visto CLOSER pero me apeteció repetir. No nos vamos a engañar, de vez en cuando apetece dejarse seducir por Jude Law aunque en este film no incite como en Alfie, no importa porque, él siempre tendrá esa mirada que te dice: te perdono. Esa sonrisa que derrite la racionalidad y ese estilo british que sólo a él le otorga la distinción de lord.

De la primera vez que la vi me gustó la sinceridad de algunos de los diálogos, la suciedad de las relaciones personales, las obsesiones de cada uno, la fragilidad ante el amor y como no, el deseo en cada uno de los personajes. Su doble filo, su cara y cruz. Sin embargo, hubo una frase que me pasó por alto, no la contemplé y es que a medida que pasa el tiempo a uno le interesan otras cosas. Cada uno interpreta a su manera, según sus experiencias y aunque no nos demos cuenta la perspectiva cambia. La mía ha cambiado y por eso reflexioné sobre esta frase:

- Es porque tiene éxito (Natalie Portman)
- No. Es porque no me necesita (Jude Law)

Elijan la suya!

FELICIDAD

La felicidad también llega por sms. La felicidad se moderniza. Es un instante, es etérea, tal como viene se desvanece, es caprichosa, escurridiza…si no fuera así no sería felicidad. Es necesaria abrazarla sin apretarla porque de igual forma se esfumará. Es ponerse gafas graduadas en pureza. Es una amante demasiado viajera. Es el lujo al que también pobres acceden. Es los colores del arcoiris. Es que tu sonrisa se convierta en un tic. Es dejarse cautivar por todo lo que te rodea. Es besar las utopías. Es el engaño más dulce. Es convertir la ilusión en una constante. Es una hemorragia de alegría. Es atiborrar de chucherías al corazón. Es olvidarse de justificarse. Es descubrir que nada es demasiado importante. Es estrenar sensaciones. Es enamorarse. Es ser premio Nobel y descubridor de que no todo es posible. Es no verla pero, sentirla. Es licenciarse en reírse de su propia figura. Es estar arriba y abajo al mismo tiempo. Es descoordinación de tus sentidos aprobada por tus sentimientos. Eres tú. Aprovechémosla mientras dure.

viernes, 14 de agosto de 2009

BREAK UP

Podéis ver la canción entera en la sección de "cultura" de El Mundo http://www.elmundo.es/elmundo/cultura.html

jueves, 13 de agosto de 2009

DISCUTIR

Las circunstancias son la trampa de la que se beneficia el discutir. Él se ha ido a México por trabajo, yo estoy en España. Mientras él trabaja, yo tomo el sol. Somos muy diferentes, demasiado diría yo. Compartimos intereses pero nuestras personalidades distan como los 10.000 km que ahora mismo nos separan. Sin duda, eso es lo que nos salva, aunque me ha costado entenderlo. Yo soy demasiado visceral así que, como buen libra que es él, lleva un saco lleno de razones para equilibrar la balanza. No le gusta discutir y es bien fácil no enfadarse siempre y cuando no haya alguna que otra adversidad. Pero a mí se me cuelan los recuerdos en el caparazón que llevo por disfraz y no aguanto la distancia, no verlo ni escucharlo. Pienso mucho en él, su cabeza está llena de responsabilidades y trabajo, veo atardecer mientras tomo una cerveza bien fría en el chiringuito de la playa, dicen su nombre e irremediablemente me giro. No es él, lo sé antes de girarme, pero no puedo evitarlo. Juega conmigo la impaciencia. Él mientras, trabaja. A mí se me hincha el pecho de nostalgia. Entierro en la arena todos los besos que le mando porque caducan antes de llegar a la esquina. Me escribe cuando se despierta, yo también despierto pero de la siesta. De noche la vista me traiciona, bueno eso me digo, aunque sé que el responsable es esa válvula que bombea mis sentimientos y me engaña proyectando su imagen en personas ajenas. Él trabaja, no hay tregua. Los días del calendario se me atragantan como las uvas en fin de año, una cuenta atrás que me atiborra de inquietud. Escuchar su voz suena a top10. Le pido que vuelva que, es lo mismo que decirle que atraviese el Atlántico sobre ruedas, palabras que deseamos porque ni siquiera pensamos. ¿Me esperas? – pregunta él. Espero y me desespero. No me importan los días sino el no comunicarme, el no poder decir lo que quiero que sepa. Radio, carteles, televisión, noticias en los diarios…todos hablan de México. Nombran la ciudad aunque en el fondo es como si sólo hablaran de él. Siempre ocurre que cuando algo o alguien se nos vuelve intangible la mente juega a materializar aquello que por circunstancias ya no podemos tocar. A medida que pasan los días, la incertidumbre, la distancia…van lijando mi aguante, mi poca paciencia. Siempre me he confesado una impaciente. Él tiene templanza. La fortaleza también se me escurre como arena entre los dedos y ya tengo servido mi plato de discusión.

Busco en el diccionario la palabra “discutir” y para mi sorpresa encuentro más que un significado, una acertada interpretación. Discutir viene del latín discutere, derivado de quatere (sacudir). Vayamos paso por paso. Discutir significa sacudir. Tratar de separar algo. Y es que para los Romanos discutir, sacudir o separar era la prueba de la solidez de algo. Es decir, el hecho de discutir ponía a prueba la solidez en base a si se producía o no, una separación. Lo que significa que discutimos para demostrarnos que sigue existiendo una unión, que hemos burlado a la separación. Cuando ya no hay discusiones, ni sacudidas emocionales es momento de coger las maletas y largarse. Es curioso que el diccionario recoja una visión tan antropológica y cercana de las relaciones humanas.
Discutir es perder el tiempo siempre y cuando no sea encontrar razones que desaprueben la separación. Ya queda menos!

martes, 11 de agosto de 2009

VIDAS Y CIGARROS

Si uno se para a contemplar un cigarro puede incluso encontrar ciertas analogías con su vida.

En ambos caso hay principio y fin. En el durante, requerimos del inspirar y también del expirar. Para unos se les consume lentamente mientras que para otros, su existencia se cuenta en dos caladas. Unos la disfrutan, saborean el humo del vivir aunque para otros, resulta un lastre. Humo contaminante. Todos somos fumadores, activos o pasivos. Hay los que deciden cómo vivir y los que dejan que otros escojan por ellos. Indiscutiblemente, vida y cigarro siempre está en nuestra mano.

El resultado final es que acabamos amontonados como colillas, unos quizás en caros ceniceros otros en las latas reutilizadas de Coca cola que venden a la salida de los metros. Tanto da, porque la consecuencia es la misma y ante ciertos acontecimientos, todos somos iguales. Ya lo dijo Manrique en uno de sus poemas.
Nunca sabemos cuando será el último pitillo que nos fumemos, tampoco nuestro último día de vida. Y al final, sólo quedan cenizas.

lunes, 10 de agosto de 2009

EL PENSAMIENTO NEGATIVO



El pensamiento negativo de Risto Mejide

viernes, 7 de agosto de 2009

ENCENDERSE Y APAGARSE

Son estados de la mente, del alma, de la persona. Dentro de cada ser humano existe una llama, en todos y cada uno de ellos. Sin embargo, no todos poseen la chispa capaz de avivarla. A veces ardemos como antorchas y ni el viento más enfurecido puede con el fuego que nos mueve. Otras, iluminamos tenue como velas y bebemos del fuego que prende de un hilo, más frágil, más suave pero duradero en el tiempo.
También somos cigarrillos: rápidos y frenéticos, sentimientos anicotinados, que vienen y van, que se fugan en los labios para convertirse en humo y aire, que se mezcla y se va. Que vienen para no volver.

En cualquier lugar podemos encendernos. Sentir el fuego en los adentros, tener ganas de sacarlo porque nos quema allá dentro. Una hoguera de sensaciones que se ve, que se siente, que se toca. Ilusión por discutir, descubrir, ver y al fin, sentir aunque siempre corriendo el riesgo de quemarnos. No importa, cuando llega el momento porque las consecuencias sólo son ceniza. Se borra en el diccionario la palabra “desgana”. En las noches más oscuras resplandecemos y es que, corren por las venas sustancias incandescentes que los hombres suelen llamar pasión. El corazón, pura bomba de relojería, las emociones marcan nuestros segundos. Tenemos hambre de saberlo todo. Soñamos que despertamos del letargo de tantas ideas que se apelotonan entre ellas, se pelean con el Dios cronos que impide solaparlas. Quemamos de ilusión porque alguien supo sacar lo mejor de nosotros, alguien que nos eleva, que nos despega los párpados para dar fe de los fuegos artificiales que residen donde un cirujano no alcanza. Las acciones palpitan, los límites se erradican, nuestros movimientos son pulsiones vibratorias. Sentimos que la vida es utopía. Héroes disfrazados por las calles, lo inanimado habla, los sueños que eran momias ahora cobran vida, todo es posible. Vomitamos luz, que sale de nuestro interior. El oxígeno nos lo bebemos. Alguien viene a darle al interruptor de los sentimientos. La chispa de lo ajeno es el principio de un incendio personal.

Es radiante y a la par, frustrante. Tarde o temprano llega el apagón. El tiempo pierde su sentido, no distinguimos entre aprovechado y perdido. Nos resbala, se resbala de las manos. Corre a la deriva como las gotas de cera en una vela. Las ideas se ahogan en nuestro mar de dudas. El viento sopla en dirección a la indiferencia. Nos sentimos los vencidos. La insatisfacción se hace del material más elástico que hayamos visto. Borracheras de sinsabor dan positivo en las venas. Sentimientos caducados que ya saben a rancio recuerdo. La llama ahora es ceniza, tan gris como esos días en que no hay nada qué decir, que más vale callar y guardar lo mejor de uno mismo. Nos arde al acordarnos cuando lo tuvimos todo pero ya lo quemamos. Viajamos por el interior, sin rumbo, sin destino hasta que paramos en una estación: Bienvenidos a desolación. Ilusiones desbancadas. Ya no hay chispa, ya no hay llama. No encontramos ese mechero que flambea nuestras ilusiones.

Encenderse y apagarse: tan fácil, tan gratificante, tan duro y peligroso. Sin duda, merece la pena el riesgo de la quemadura, que escuece pero no mata como el apagarse.

miércoles, 5 de agosto de 2009

SILENCIO

El silencio a veces suena más fuerte que la sirena de una ambulancia que de igual forma, siempre ignoramos.

Es conversar con las miradas, en las que no cabe ni una sola palabra, sólo gestos que hablan lo que dice tu alma.

Es un grito que corre por tu mejilla en forma de lágrima y dice mil cosas traducidas en idioma sollozo.

Es un buen compañero que acallamos por miedo.

Es confianza contigo, comodidad, complicidad con uno mismo.

Es diálogo interior, es autoentrevistarse.

No calla ni debajo del agua.

Es confusión, acumulación de voces, miedo a equivocarse.

Es sordera espacial.

Es búsqueda de equilibrio.

Es un mano a mano con tu mismidad.

Es dialogar con tu propia fragilidad.

Es olvido o indiferencia cuando se hace elástico en el tiempo.

Siempre habla en voz alta. Escucharlo demuestra valor.

Es a veces producto de sentirse vacío o lleno de hobillos de pensamientos.

Es desenterrar la verdad que hay en nosotros.

Es inmensidad.

Es la chispa de ese fuego que aún no se ha extinguido.

El silencio siempre habla. Escúchenlo!

miércoles, 29 de julio de 2009

HAIKU'S

Ilusión
Las ilusiones
al igual que el agua
cambian de estado.

Escribir
Papel en blanco
mi temor más oscuro
mas sin él no vivo

Corazón
Odia y ama
el corazón que baila
muere, revive.

Ser
Morirás ayer
Naciste antes de ayer
Hoy vives sin ser.

sábado, 11 de julio de 2009

GO ART PROJECT

Podéis votar el proyecto si os gusta en http://www.pullandbear.com/#/theworldproject/. Sólo tenéis que registraros. Go art, don't stop.

jueves, 2 de julio de 2009

DE NÚMEROS

Nunca me han gustado las cifras, tampoco soy de números pero hoy he sumado 23 años. He restado lo que no era necesario, multiplicaré lo que me ha llenado y lo dividiré con todos los míos. El resultado es lo de menos, ya lo he dicho, yo soy más de letras. Lo importante, compartirlo.

ELLOS/AS

Claro que los hombres siempre piden, pero era ella la que decía sí o no. La última palabra sería siempre suya. Los hombres nunca dicen que no los toques: siempre están a punto. No comprenden la maravillosa sensación que se experimenta al decir que no. Es tan embriagador ver cómo te imploran, cómo te juran que te abrazarán y basta, y que no te tocarán nada. Y luego ver que, cuando has permitido que te abracen, son incapaces de recordar la promesa y te tocan: ¡porque no pueden evitarlo! Son animales incapaces de controlarse. Y el paso siguiente: te dicen que te tocarán y basta. Y cuando dejas que te toquen, enseguida ves que intentan abrirte las piernas. Todos los juramentos son falsos. Y no lo saben reconocer. Ella mientras no estuviese enamorada y supiese con certeza que su amor era correspondido al ciento por ciento, no se entregaría. Los hombres, en cambio, se entregan sin estar enamorados en absoluto. ¡Como si el amor no fuese más que una de tantas cosas de la vida! Se creen que enamorarse es una emoción arriesgada, peligrosa; por eso huyen. ¡Cobardes!
Fragmento extraído de "La magnitud de la tragedia" de Quim Monzó

martes, 30 de junio de 2009

SER Y TENER

Conocí a una persona que se olvidó de ser. Le enseñaron ya en la cuna que lo importante era tener. Biberones de vanidad y ostentación bebía y de eso, su vida se alimentaba.

De mayor con los de su misma especie se codeaba. Nada le hacía ilusión porque papá todo lo pagaba. Se licenció en lujo, su especialización colgaba de la pared con título: master en codicia. Jamás suspendió, tal sólo en una ocasión dejó por imposible una asignatura porque nunca supo como conjugar el verbo “ser”, a diferencia del “tener” que lo cantaba, si era preciso, del revés. Pero una buena agenda de contactos todo lo solucionaba y al final él, aliviado sin opción ni intención de retomar esa asignatura llamada vida que, de lado dejaba. Más tarde se casó con su bolsillo y tuvo varios hijos que cada día vigilaba en la sección “bolsa” del diario, resoplaba a menudo, le traían de cabeza cuando subían y bajaban, nunca estaba tranquilo con ellos. Cuando se hizo viejo se obsesionaba con estirar lo que se arrugaba, también tapaba lo que caía y luchaba con la gravedad porque aquello ya ni subía. No fue niño, tampoco joven y nunca aceptó ser anciano. Sólo podía decir que tuvo una vida llena de caprichos, esa fue su niñez. Se mantuvo siempre al margen pensando que ya nada podía aprender, él todo lo sabía…ignorante juventud. Tuvo también un final pomposo, su ataúd lucía majestuoso. Aunque tuvo vejez nunca reparó en que la muerte no hace distinción alguna ni tampoco concede privilegios. Y es que ya lo dice el abecedario que la S -er va antes que la T-ener.

Una pena la de ese hombre que siempre tuvo lo que nunca fue.

lunes, 29 de junio de 2009

viernes, 26 de junio de 2009

EL OCTAVO DÍA

El octavo día de la semana es sin duda, el que más me gusta. Espontáneo, diferente, interesante siempre es un gran plan, la idea más genial.

Es el día que estreno sonrisa nada más despertar, me atrevo a querer sin usar la báscula, no me culpo por saborear las mieles del placer, dejo el miedo colgado del revés, cambio el móvil por la conversa marinera que me promete una caracola, ardo en ilusiones, me escucho el corazón en vez de leer la prensa rosa, sólo soy un nombre que olvida su apellido, pongo tippex al diccionario de mi vida en palabras como “desgana”, me olvido de dosificar las muestras de amor , no creo todo lo que pienso, digo lo que siento y siento lo que digo, pierdo el norte y me voy al sur , hidrato la piel con canciones , estreno cada día sensaciones de marca que son únicas y no se encuentran en ningún top manta, sin prisa nado en la espuma de mi café, comparto secretos con la brisa que se cuela por mi cuello, suministro inyecciones de alegría a los que tienen catarro de insatisfacción, me pregunto qué tamaño alcanzará la felicidad, me siento a esperar que me hable el alma, me junto con gente salada, doy sin ninguna razón, disfruto de todo aquello que no tiene explicación, le pido el messenger a la luna, ofrezco lo mejor de mí.

Hablo a veces del octavo día. Algunos han oído hablar, otros ni siquiera sabían que existía pero la mayoría lo conoce y lo arrincona en un cajón de su imaginario. Guardan para algún día todos los sueños que querrían realizar, guardan en el armario todo aquello que estrenarán en ocasiones especiales (y que al final ninguna lo merece), guardan sus sueños en un rincón sin luz también sus planes más alocados, guardan su yo para ser lo que el resto les pide que sean. Guardan, guardan y guardan. Se olvidan de ser dejando de lado el octavo día. Son los mismos que sufren alzheimer del vivir.
Anclada en el octavo día, no sé vivir de otra forma mi día a día. La alegría es mi vitamina. No sabría vivir sin ese octavo día.

jueves, 18 de junio de 2009

PALABRAS ROBADAS

" En el amor es más difícil la salida que la entrada. Justamente lo contrario que con el sexo"

Descansaban estas palabras en mi cuaderno, no sé de quien son pero sé que son acertadas. A falta de tiempo, palabras robadas!

jueves, 11 de junio de 2009

ALERGIA AL FRENESÍ

No sentir
Peor que no vivir.

Amor pensado como ciencia
historia de la indiferencia.

Siempre la emoción
a la cola de la razón.

Personas que no te hacen vibrar
experiencias que podrías tirar.

No llega el desamor
porque es non nato el amor.

Tener siempre el control
Es amor con colesterol.

Vivir de la exaltación
Les da alergia y hasta irritación.

Palabras que resuenan como el eco
Dichas y llenas de hueco.

No llega la pasión
Sólo noches de pensión.

No eres tú mismo
Por eso me das lo mismo.

Pensamientos pintados de locura
Son siempre una tortura.

Nada en común
conversación del besugo al atún.

Medir los actos
Insaludable, da tos.

Amantes de las normas
Saltárselas, jamás!

Buscar el frenesí
Tan absurdo como insólito

Arqueólogos del sin sentir
Morirán sin latir

Dejarse llevar
Sería sinónimo de amar
Ni hablar!


Así son
Los que no despiertan mi ilusión.

miércoles, 10 de junio de 2009

DEGUSTAR, A LA CARTA Y AMOR

Entrar en un restaurante puede resultar tan peligroso como enamorarse. Te sientas a la mesa y en lo único que piensas es que el camarero te vea para pedirle algo de beber. Se podría decir que cuando él te mira se produce un flechazo interesado entre vosotros. Por lo menos es lo que tú deseas, que se fije en ti. Al final, se acerca. Pides una cerveza bien fría sin pensarlo demasiado, siempre has tenido predilección por las rubias.

Mientras sientes las burbujas de cerveza en tu interior - ¿será amor? - viene el dilema. Tienes dos opciones: carta o menú degustación. Entran en juego tus ganas de arriesgar. A la carta será apostar por lo seguro, sabes qué traerán, tú lo eliges. Un alivio, aunque a veces precisamente el saber tiende a llamar al imaginar. Y el error ya está servido: un platito de aquello que esperas y cuando lo mastiques es posible que sepa a poco incluso, a decepción. Espérate antes de esperar - dice el somelier.

Por otro lado, el factor sorpresa del menú degustación evita cualquier tipo de previsión, no tienen cabida las falsas expectativas, suele servirse del desconcierto para asombrar. Un atenuante, sí pero también sabemos que no elegimos, más bien nos eligen. Cómodo y a la par peligroso.

Al final te embarcas en una de las dos opciones. Los entrantes siempre están llenos de impaciencia, de ilusión y ganas de degustar. Cortesía de la casa, unas virutas de alegría. Todo sabe a gloria, sacia tu interior. Pasas de tenerlo vacío a rellenarlo de sabor. El aroma de tu plato huele a pura felicidad. Vibras como cuando muerdes un crocanti de sensaciones dándole razón a todos tus sentidos. Con un primero suave y tan propio de cuando algo aún es desconocido. Llega después el segundo y estás lleno de confianza, marchando el plato fuerte. Tendrás la sensación de que tu relación está cocinada al punto. Es ese momento de máxima satisfacción. Estás rebosante. Te traen más bogavante. Te sientes viva no te importa que vayan a cobrarte el IVA.


Y entonces la gravedad se refleja en el filo de tu cuchillo recordando que lo que está arriba algún día también se irá abajo. Incluso tú mismo lo pedirás, un postre para bajar. Algo refrescante que te alivie del empacho. Será el postre o a ser posible, un utópico dulce final. Y es que es inevitable que a medida que vas matando la gula también se va apagando la llama del amor.

Al final saldrás con la factura en la mano que, habrás pagado con visa o dolor. Habrás entrado y disfrutado, sabiendo que algún día tendrías que salir. Quizás lo haces cuando tú quieres, quizás cuando otros lo quieren. Entonces te acordarás si pediste la carta o el menú degustación. Si elegiste o te eligieron.

Sea como sea, buen provecho!

sábado, 6 de junio de 2009

ITV PERSONAL

No era una simple revisión la de hoy. Tenía que pasar la ITV así que antes he pedido hora en el taller. Sabía que había mucho por reparar y nada más llegar, he pensado: esto va a ser un no parar.

Me han revisado los daños, le han dado cera a los arañazos del ayer. Los temores que guardaba en la guantera, vaciados en la papelera. Y unas escobillas nuevas le han puesto al parabrisas, las que barren a toda prisa lágrimas y penas. Hinchando las ruedas se inflaban de emociones los pulmones; airbag de mi motor, ese que llamamos corazón. Limpio ha quedado el maletero, de los sentimientos olvidados. Reactivado el GPS que te busca cuando tu alma se ha perdido. Doble de pastillas de freno, para cuando me da la vena y acelero. Me han recordado donde estaba el botón, el que descapota todos mis sueños. Los retrovisores me los han cambiado, ya no miran al pasado. Que no se te olvide el parachoques –le he dicho al mecánico– no vaya a ser que mañana me apetezca ir de dura. El volante, por fin lo están ajustando, se acabó ir rumbo a ninguna parte. A los faros échales un vistazo, quiero unos que iluminen los pensamientos que no están claros –le comento. Y en la caja de cambios, nada de suavizante, para que aquello de ir de marcha en marcha, no resulte tan sencillo. Los golpes que haya tenido por el camino, han ido todos al desguace. Ponle un poco de gasolina –le sugiero– que así llego antes a mis deseos. Por último, el túnel del lavado; el mejor lugar para limpiar mis pensamientos.

miércoles, 3 de junio de 2009

GENTE SUDOKU


No son muchas las veces que cojo el autobús para moverme por la ciudad pero cuando lo hago me gusta observar las calles por las que paso y la gente que se sienta a mi lado. Antes de sacar el libro que llevo en el bolso me paro a contemplar y si puede ser, sin que la gente se de cuenta, aunque no siempre lo consigo. Por no decir casi nunca.

Me quedo embobada con algo: un cartel curioso, las columnas que anuncian conciertos, una señora con mil bolsas de marca colgadas del brazo que, al parecer no le pesan tanto como el orgullo que siente por ser una fiel consumista incluso, en tiempos de crisis.

A mi lado, un estudiante se entretiene con el sudoku del diario. Nunca he sido aficionada a estos pasatiempos pero por la cara que tiene él parece que está entusiasmado aunque se le ve algo nervioso. Esta vez no me ha visto, sólo he mirado de reojo y estaba tan concentrado que ni se ha dado cuenta. Todo un récord.

Si me paro a pensar, creo que no he hecho más de dos sudokus en toda mi vida y no sé si llegué a terminar alguno, no lo recuerdo. Pero si de cada uno de nosotros colgara un cartel como en los puestos de helados que hay en la Puerta del Ángel y que te llaman cremosos desde el cristal, el mío sería sabor a impaciencia. Quizás esa es la causa de mi apatía por los sudokus. Quizás.

Aún así, estos juegos creo que están presentes en nuestra vida, algo más de lo imaginado. De vez en cuando todos jugamos, unos sobre el papel otros sobre su propia vida. Hablo de la gente sudoku.

Son personas como tú y como yo. Es la gente que se cruza en tu vida para cumplir la función de pasatiempos. Al igual que tú también la cumples para otros. Sabes que su presencia en tu vida será efímera pero por un rato, te entretienen. Unas veces eres tú el pasatiempos otras, ellos.

Jugamos de vez en cuando a hacer puzzles intentando encajar corazones, el tuyo redondo en un hueco cuadrado. No puedes y lo sabes, sin embargo, lo intentas. Lo fuerzas pero no entra.


El sudoku, el rey de las emociones indescifradas.

Hacemos también sopas de letras con los sentimientos. Se unen palabras que aunque no tengan mucho sentido, juntadas suman puntos. Y es que no se ha venido a participar, esta vez sólo se trata de ganar.

Otras veces los besos saben a crucigrama. Están huecos, carecen de significado. Porque nadie los ha rellenado. Son pura distracción.

Puede incluso que la cosa se complique. Y no hablo ahora del sudoko ni tampoco de sus niveles. Es cuando se juega al tres en raya. Lo que empezaba con dos jugadores acaba con tres fichas. Menuda jugada! Hay cosas peores, sin lugar a dudas. Si pensamos en el ahorcado o qué decir de esas despedidas que huelen a jaque mate.

No nos olvidemos tampoco de la tradición. El juego de la oca o, lo que es lo mismo, chico/a porque me toca. ¿Y los colores del corazón? Tan cambiantes como las fichas del parchís. En ocasiones se viste de un frío azul, otras resplandece amarillo girasol. Si se pone rojo…ojo. El verde, sin duda, juega porque hay esperanza.

Gente sudoku, la encuentras en cualquier parte, también en el autobús. Allí recuerdas que hay juegos y amores cortos. Sabes que tienen principio y fin. Desconoces quién saldrá vencedor pero lo que sabes de antemano es que será ameno. Una página en blanco en tu corazón, un antojo que se acabará cuando anuncien tu parada. Diversión fugaz para tu mente.

Me doy cuenta que quizás no es la impaciencia lo que me aleje de esta gente. Quizás es que me guste jugar a algo con sentido. El chico sudoku se levanta. Es su parada. Se ha entretenido y, él sin darse cuenta, me ha distraído.

sábado, 23 de mayo de 2009

UN CEBO EL PLACEBO

Me contaron el otro día una historia que a medida que avanzaba sabía que la acabaría contando, creo que son de esas anécdotas que merecen la pena explicar. Quizás no tanto por lo que se narra en ellas sino por lo que se calla de ellas, lo que significan diría yo.

Se juntaron varios amigos en un bar. Serían unos tres o cuatro pero luego se sumaron varias amigas de uno de ellos. Enseguida el líder del grupo supo quien de las desconocidas llevaba rimel de la marca ingenuidad. Empezó a hablar con ella, primero de temas banales, como suele hacerse hasta que la conversación se trasladó al tema de la noche y las múltiples variantes que la hacen entretenida y ebria, para qué engañarnos. Salió a la luz la reina por excelencia, esa tan cara, la preferida de la otra reina de las tops, quien sino es Moss.

La chica, que escuchaba con atención, se moría de curiosidad oyendo hablar con tanta soltura al amigo de su amigo así que se lanzó y le preguntó - ¿tienes un poco aquí?

Él, que definitivamente vio que ella era incapaz de leer entre líneas, decidió darle una lección y con toda la calma del mundo le respondió: - claro ¿quieres un poco?

Los ojos de ella se pusieron como platos y no de sorpresa precisamente sino, más bien del pasmo que siente todo niño cuando le anticipan que va a venir el hombre del saco.

- No quiero, pero me gustaría verla. Nunca la he visto – dijo ella después de unos segundos de digestión mental.

- Muy bien, pues iré al lavabo un momento y en cuanto vuelva te la enseñaré – dijo él aguantándose la risa.

Se fue entonces directo a la barra del bar. Pidió un poco de polvos talco para su supuesta novia que era muy patosa y se había tirado un cubata encima. Se lo pusieron en una servilleta y él lo envolvió con cuidado y se lo metió al bolsillo.

Volvió entonces a la mesa donde ella lo esperaba entusiasmada aunque con cierta culpabilidad en la mirada.

- ¿Me la enseñas? – le recordó ella.
- Sí, pero vayamos a ese rincón mejor. No quiero que la vean todos ¿sabes? – mintió él.

Se fueron a una esquina del bar donde también había algún foco que iluminaba mejor la zona. Sacó la servilleta y le enseñó el contenido. Ella se quedó callada unos instantes como quien se planta delante de la Mona Lisa y piensa ¿así que esto es de lo que todos hablan tanto?

- La puedo tocar – pidió ella
- Por supuesto – intentó responder todo serio él
- ¿Te gustaría probarla? – le animó de nuevo él
- No debería, no lo he hecho nunca – se lamentó ella

Estuvieron un rato hablando de cosas ajenas a los polvos blancos (o ¿debería decir talcos?). Bueno, por ahora qué más da.

Pasaron de conversar con palabras a dialogar con miradas y pareció que resultó muy efectiva dicha conversación.

Él entonces rompió el momento y le susurró:
- me acompañas al lavabo – mientras sacaba de nuevo la servilleta hecha una bola para indicarle por donde iban sus intenciones, no fuera a confundir entre tanto humo y oscuridad.

Finalmente y producto de un arrebato, ella dijo sí. Se fueron al lavabo y él le dejó preparado un recto caminito y le indicó como debería recorrerlo su nariz.

Con restos de libertinaje en la nariz, ella sonrió satisfecha. Pero enseguida le entró el pánico y empezó a preguntar ¿no sería mucho para mí? Era la primera vez y…pero le cortó en seco él, empezó a perfumarla de tranquilidad hasta que se calmó. Se la llevo de nuevo con el grupo y le dijo: disfruta de la noche.

Estuvieron un buen rato todos juntos pero cuando la mente de ella ya había maquinado suficiente le subió un sudor frío a la frente, el corazón le daba puñetazos desde dentro, el nerviosismo se apoderó de todos los músculos y entonces, todos le preguntaron ¿qué te pasa?

Se levantó sin saber qué decir, bueno sí sabía lo que era, sin embargo sentía vergüenza. Ella no era así. Al final él tuvo que decirle que la había engañado cuando ya se la llevaban en la ambulancia pero tan tozuda como curiosa, ella creía tener todos los síntomas que produce la cocaína. Se la llevaron al hospital y fue el doctor quien le confirmó lo que aquel desconocido le había desvelado un rato antes. Qué cabrón – pensó - y el efecto de los talcos se le pasó.

Una historia que hace gracia siempre y cuando no seas ella. Y no lo digo por la ingenuidad ni la broma de la que fue protagonista. Lo digo por algo aún peor, la limitación.


Ser esclavo de la mente, esa es la peor droga. La ironía de la vida nos demuestra que esas barreras que ponemos son las mismas que nos llevan al dolor. Por querer evitarlo nos zambullimos en un baño de sufrimiento. Entonces llega el escarmiento.

Nos podríamos reír de lo poco hábil que fue ella para darse cuenta que todo era una broma pero ¿Cuántas veces nos han hecho sufrir situaciones que sólo duelen en la mente?

Sin duda los pensamientos juegan con nosotros al placebo…mucho más de lo que lo hizo él. No me cabe duda.

Igual que ocurre con la libertad, que nadie viene a quitárnosla desde fuera. Somos nosotros los que nos autolimitamos. Marcamos nuestros límites aunque luego preferimos echarle la culpa al exterior. Es más fácil.

Sin duda, nada es tan nocivo como esos pensamientos llenos de cadenas que nos llevan al placebo.

De cebos y placebos, iba esta vez. Me ha hecho gracia esta historia de sustancias que no venden en farmacia, aunque no por eso os la cuento, sino porque considero que también tiene sustancia.

viernes, 22 de mayo de 2009

UN POCO DE FOLK



Nos visitó en la Sala Be Cool (Barcelona) el pasado miércoles este cantautor californiano. Suena Ain’t no reason en la sala y ahí me doy cuenta que este artista folk sabe ponerle a uno los pelos de punta. Se llama Brett Dennen y el próximo lunes estrena disco “Hope for the hopeless”. Ya saben, si necesitan una dosis de “sentir” sin duda él es el remedio, vayan a por él (el cd).

Esperamos que vuelva pronto por España. Así da gusto sentir!

jueves, 21 de mayo de 2009

NICE TO MEET YOU




He dudado entre el “nice to meet you” de los Stones y éste pero escuchando la letra, rápido me he decidido cuando lo siguiente he leído…

…We..re happy in this world, all these days seem really short. We could go to see the show, i..d never tried this before. Then you turn like a spintop, kiss me i fall, i..ve lost control. I said darling, you said stop, ..cause we were just two friends in lust.

Me ha gustado y quién sabe si valdrá la pena el haberte conocido. Permíteme que dude de lo que desconozco mientras tarareo con Polock “nice to meet you”.

miércoles, 20 de mayo de 2009

RAyBan


Como la energía, hay cosas que ni se crean ni se destruyen únicamente, se transforman. Las armaduras del ayer son las Rayban del más actual de los presentes. La marca que mejor esconde mi fragilidad en esos días que me hacen falta guardar bajo el cristal cierta ausencia que me brilla en la mirada.

martes, 19 de mayo de 2009

BESOS


Besos que das con el corazón aunque no con los labios.
Besos sellados de ilusión.
Besos con pasión que no, amor.
Besos con sabor a decepción.
Besos que presentan torpeza.
Besos que saben a placer.
Besos que se dan sólo porque son prohibidos.
Besos que entrelazan el dolor.
Besos que anticipan el final.
Besos que sustituyen otros labios.
Besos que engañan sentimientos.
Besos que guardarías en un cajón.
Besos que imaginas en tus sueños.
Besos que pronostican amor.
Besos que siempre serán eternos.
Besos que acelerarías con tal de acabarlos.
Besos que vives a escondidas.
Besos con tacto de seda.
Besos dados por fuera pero que, vibran dentro.
Besos acolchados en sensaciones.
Besos vestidos de un largo curriculum.
Besos que no son de silicona pero sí artificiales.
Besos que te hacen sentir.
Besos que denotan que han leído a Shakespeare.
Besos sinsentido.
Besos que respiran grados descorchados en tus labios.
Besos que los piensas más que sientes y maduras en tu mente - no habrá repetición.
Besos que ocultan complicidad.
Besos como huevos Kinder, dulces x fuera, huecos por dentro.
Besos que das cuando trasnochas y olvidas de buena mañana.
Besos que se esfuman como el humo.

Como tantas cosas en la vida, los besos también se pueden pintar de muchos colores. Distintos son los tipos, tantos como a la gente que puedes llegar a besar: infinitos y porqué no , únicos. Pero sin duda, los besos que más me gustan son aquellos que a penas tienen sentido. Que bailan con la nada. Que son irracionales. También son los que más me preocupan porque cuando mato a la razón, los sentimientos salen al balcón, de nuevo ha llegado el amor. Florece como las plantas del jardín; colorido, rebosante de vida. Por eso no entiendo a los que me preguntan ¿qué sentido tuvo ese beso para tí?. No saben quizás ellos que si algo significa, es porque los pienso más de lo que los siento. Son de esos que van directos a la lista del montón. Pero cuando ni yo misma sé que ocurre, es cuando empiezo a temblar porque no soy capaz de pensar…sólo de besar.


viernes, 15 de mayo de 2009

OLVÍDATE DE TI



Un artista al que me confieso adicta. Sabe su música mejor que la miel aunque, ni mucho menos sea dulce o empalague. Te deja sabor a puro sentimiento, hace que apetezca en cualquier parte. Todo un arte, el de este cantante.

Un rebelde con causa, cantautor de honor. Son sus letras afiladas, cortantes de ironía. Juega a ser malvado, sus historias reflejan verdades agudas tan sinceras, como reflexivas.

Te afina los pensamientos este poeta de las notas. Solfea realidades dando voces cultivadas en liceos donde los profesores son la calle y la ciudadanía. Un tipo con pinta de enrollado que desenreda sentimientos cuando peina su guitarra. Hilarante y atrevido. Me gusta, sin duda, su surtido.

“Insisto” su último disco. Olvídate de ti , cantada por él mismo.

Títulos muy recomendables: "Filatélico, numismático", "Julia Roberts", "Luna", "Malaputa", "No hay sexo seguro", "Berlin est" , "Mosquetera", "Rompiendo el hielo", "Calma"...

No podrás olvidarlo a él, así que insisto, olvídate de ti mientras suena Rafa Pons. Será el próximo 5 de junio en Apolo.

martes, 12 de mayo de 2009

ESTORNUDAR


Hoy pensaba cuantas cosas tienen en común el estornudar y el querer. Ambos son actos involuntarios. Ocurren de forma inesperada. Duran a penas unos segundos. Te producen cosquilleo, uno en la nariz otro más adentro. No obstante, la mayor similitud entre ellos reside en que en esos escuetos instantes, por acto reflejo, solemos cerrar los ojos. O lo que es lo mismo, nos quedamos ciegos. Es la primavera, cuando la sangre altera, qué casualidad, también la época en que más estornudamos. Pasa a veces que estás a punto de estornudar y se corta de repente, sí, también nos quedamos a las puertas del querer. Más vale tener a mano un kleenex, para los dos casos. Inmunes al estornudo y al querer, unos dicen achús otros persiguen a jesús!

domingo, 10 de mayo de 2009

OXIMORON

El mundo es oxímoron. La vida es una mera contradicción. Todo lo que afirmo, también lo desmiento. Pero sin duda comprendo mucho mejor el mundo, cuando ni yo misma lo entiendo. ¿Será todo esto una mentira verdadera? Prefiero que sea una verdad mentirosa…aunque ¿qué mas da?

Paseando por la vida te das cuenta de unas cuantas cosas. Entre ellas, cuando ves a esas personas que viven muertas. Dan ganas de decirles – despierta y siente – aunque no sea de por vida. Un instante será bastante.

Luego ni tú misma entiendes porque un hombre amargo a veces te sabe sólo a ti dulce. Te consuelas pensando que aunque te guste eso no significa que sea el amor de tu vida. O esas personas que tanto quieres y te duele cuando muestran una visión tan cegata de la vida. Otras veces piensas cosas que te producen dolor y al final, te planteas si resulta placentero ¿sino porque lo hago? – recapacitas.
Y esa suavidad que otorgan algunas caricias y a ti únicamente te recuerdan a aquellas barbas tan rasposas. Mejor las ocasiones que te da por reírte de la valentía del cobarde o al detectar la debilidad del fuerte. Sin duda, estás de suerte! Sin embargo, ya no hace tanta gracia cuando unas palabras cálidas te pillan de improviso y te hielan las ideas sin saber qué decir. Pero sin lugar a dudas, dan más pena las que pasean su delgadez demostrando un sobrepeso de fragilidad en sus mentes. Supongo que los gritos suenan sordos en sus oídos. Quizás prefieras escuchar los que hablan de crecer estando de vacaciones en Nunca Jamás. Menos entretiene el conocer gente que irradia simpatía porque oculta una personalidad empobrecida de riqueza. Y segura estás que con su dinero les visita la diversión a menudo aunque ello no implique el acto de presencia de esa amiga llamada felicidad. Es entonces cuando el hielo de las copas quema las gargantas. Todo tiene algún sentido cuando andando por la cuerda floja, se rozan los extremos. Y sino recuerda que aunque ya no te acuerdes de él eso no es sinónimo de que lo hayas olvidado. No me digas que te olvidaste de recordarlo; hablamos de contradicción otro día, de ficción. Si a él lo quieres, aun peor, porque significa que lo odias a la vez. Y te odias a ti por las veces que reciclas los momentos que deberías haber tirado al container. No te avienes con los que buscan un ápice de realidad en el País de las Maravillas. Prefieres sin dudarlo, a las Alicias.

Dudo que lo haya dicho todo, quizás no he dicho nada. Sólo pensaba en lo ilógico que es buscarle siempre una razón llena de lógica a las cosas. Cierto es, no nos engañemos, que suele ser lo habitual darle una sinrazón a nuestra razón. No diré, pero lo diré, y es que somos oxímoron. Sin duda la mejor contradicción que he encontrado hasta ahora. Esta vez no miento, tampoco digo la verdad. Es tan sólo una opinión.

sábado, 9 de mayo de 2009

CRAZY



Dicen que las mezclas pueden resultar explosivas. Eso mismo he pensado cuando escuchaba una de Paolo Nutini.

Este escocés con genes italianos es sin duda un personaje para recomendar. Con tal sólo 22 años pisa fuerte en el mundo musical. Su voz astillada recuerda a la madera sin lijar, a la vista ya lo ven, al oído una delicia.

Algunas de sus melodías, son sedantes para las neuronas otras las agitan con alegría.

No dejen de escuchar títulos como Jenny Don't Be Hasty, These Streets, New shoes o Loving you.

Les dejo con el crazy de los Gnarls Barkley reversionada por Nutini. Porque la vida sin una dosis de locura ni es tan graciosa, ni a penas tiene sentido.

jueves, 7 de mayo de 2009

EL CANTANTE

Anoche puse mi corazón en venta. Dejé colgados los colores azulgrana, chuté mi afición por una noche. No estaba yo en el estadio azteca para ver a los jugadores mientras se dejaban la piel en otro campo. Me arde – pensé

Me fui a ver al especialista en almas, ese que es mecánico de karmas. Un coctel de alegría, tan saludable como mi gin tonic.

Le pone siempre un velo de poesía a las realidades, dibuja de fantasía este mundo arañado. Nunca fue como los demás y ya sabe él que eso nunca está de más.

Le inspira sus letras una flaca, se rodea de bombones que licor no llevan pero sí, veneno en la piel. Aunque el chocolate, más que masticarlo se lo fuma él. A los bombones se los merienda con esa sonrisa de truhán. Se conforma con media Verónica, disimula indiferencia y así, la gloria se le duplica.

Se siente en la pista suelto como el salmón. Juguetón y cómodo, en su salsa entre aplausos y ovación. No se quita sus rayban y le cuesta algún que otro tropezón. Es lo que tiene ser estrella del rock. No parece un loco aunque lleve la melena alocada. Su look es simplemente auténtico, con un Osborne estampado en la guitarra, un mensaje sobre Elvis en la camiseta, parece el cabecilla de una banda de rebeldes que se encargan de llevar a cabo los “crímenes perfectos”.

Entusiasta, bromista y argentino sin duda, ha nacido para ser cantor. Mi enfermedad de por vida, el cantar – diría.

Y es que cuando todo se pone del revés, la receta es escuchar a Andrés. Porque aunque él nunca te diga - te quiero igual - a cambio de tu amor te regalará una montaña de dolor. El consuelo de cualquier galán o milonga del trovador.

Hace calor – dicen en el Auditori – pero estoy segura que es esa mezcla de una voz rasgada, letras insolentes, instrumentos al compás, las ganas de Andrés y todo lo demás lo que nos abriga aquí dentro.

Ayer cuando te conocí de nuevo, Andrés – pensé - me estás atrapando otra vez.

Buena suerte y hasta luego, argentino y Calamaro.


lunes, 4 de mayo de 2009

VERANO

Cuando entra esa brisa fresca a darte los buenos día.

Cuando las horas de luz se alargan y pierdes la noción del tiempo.

Cuando sales a pasear en tirantes y lino.

Cuando prefieres una cerveza bien fría en la terraza de cualquier bar.

Cuando le añades hielo a tu cortado.

Cuando las gafas de sol se convierten en tu mejor aliado.

Cuando abren el chiringuito de la playa de Masnou.

Cuando paseando por el centro te tomas un helado.

Cuando el mejor perfume es el agua marina.

Cuando cambias bufandas por shorts.

Cuando los árboles lucen frondosos.

Cuando contraatacan los mosquitos.

Cuando prefieres hacer la siesta en la playa.

Cuando en el menú del día pone: Gazpacho.

Cuando se agradece el aire acondicionado.

Cuando llegan manadas de turistas.

Cuando te pasas el día en bikini.

Cuando molesta más la melena.

Cuando el sol te regala pecas en las mejillas.

Cuando los escaparates se visten de colores.

Cuando vas con poca ropa.

Entonces piensas...ya se acerca el verano!

domingo, 3 de mayo de 2009

COMPRADORA COMPULSIVA

Hoy es uno de esos días en que te sientes caprichosa. Sales a la calle con ganas de comprar ilusiones, de gastarte las preocupaciones, de sucumbir al consumir.

Se me ha ocurrido pasear los escaparates de Rambla Cataluña, he curioseado en el Borne y nada, no encontraba lo que quería. Pero como tantas veces ocurre, cuando andas detrás de algo nunca aparece. Sólo en esos días que vas acelerado, pensando en tus cosas es cuando se te pone delante de tus narices, exactamente aquello que buscabas. A mí me pasa a menudo, no sé a vosotros.

Me he parado a pensar en lugar de callejear. ¿Dónde podría encontrarlo? – me decía.

De repente y, sin saber porqué, lo he sabido. No he dudado ni un segundo porque sabía que allí lo encontraría seguro. Y efectivamente, nada más entrar me ha dado la sensación de que estaba allí esperando a que yo llegara. Tal cual la había imaginado. Una bufanda sencilla pero llena de los besos que me das y acaloran el cuello en invierno. Tampoco he podido decir que no cuando he visto el sombrero que lleva tus locas ideas. Ni al abrigo que me envuelve dándome tus grandes abrazos. Ya lo tenía todo, bueno eso creía. Se me olvidaban las gafas con tu mirada hilarante y el maquillaje que empolva con tus caricias mis mejillas. ¿Algo más? – me ha preguntado una voz.

Sí, también me quedo ese cd. Para cuando voy en coche escucharte cantar los "te quiero" siempre tan desafinados.

Sin duda han sido las mejores compras, esas que no encuentras en las tiendas. Esas que te dan las personas sin pedir nada a cambio. Seguro que cuando me has abierto la puerta y te he dicho que venía de compras habrás pensado que estoy loca. Y así es, loca por las compras. Aunque no esas que tú te crees.

jueves, 30 de abril de 2009

DOS DÍAS




Y si sólo dos días te dieran ¿tú que harías?

miércoles, 29 de abril de 2009

EL CIEGO Y LA TURCA

En un bar se conocieron cuando a la hora del té, ella prefirió tequila.

Él andaba olvidado por algún barrio de la ciudad. Con ganas de dejar la conciencia de lado, por un tiempo por lo menos. La dejó (la conciencia) a las puertas del RaVar, reposando con los posos de la copa que ya sostenía. La barra rebosaba de apatía embotellada. Todo cambió, cuando a ella la escuchó. Se reía sin parar, hablaba torpemente pero el ciego la disculpó rumiando - es por el acento turco que nadie la entiende.

Se juntaron enseguida con la intención de la mayoría de locales, despistar al tiempo intercambiando litros por monedas. Coincidieron cuando al camarero le pidieron dos de vitamina Colocón, la vitamina C y calmante de heridas. Se sintieron revivir, fueron juntos hacia la deriva. Se miraron sin verse, las miradas no podían aguantarse. Sobre todo, el ciego. Diego, se llamaba.

Le habló éste de su oficio, su vocación siempre fue la conducción.
Pero ¿cómo? – preguntó la turca con desconcierto.
Autobusero de bares, en todos tengo yo parada – dijo el ciego.
Ahora entiendo, tú profesión es mi afición – sentenció ella.
¿Y tú a qué has venido a este país? – balbuceó Diego.
Huyo del rechazo, me casé en secreto con Jack Daniel’s pero todos dicen que no es bueno para mí, que nunca me ha hecho bien. Qué sabrán ellos – espetó ella con furia.

Y sin darse ninguno cuenta, entre ponche y ponche empezó la noche. Respiraban cada sorbo y también lo valoraban puesto que cada uno, lo pagaban. Un oxígeno que no era gratis. En la seguridad social, no entraba y muy lejos de la sanidad estaba. Se entendían sin saberlo porque afinidades compartían. Fue un encuentro afortunado el del ciego y la turca que acabó de madrugada. La euforia de ella quedó hecha trizas cuando su amigo se marchaba. El ciego la cambió por otra, con resaca se fugaba. Con las mejillas sonrojadas ella vio como aparecía el que nunca le fallaba, siempre que suelto le quedaba. El camarero le anunció – aquí está su Jack Daniel’s. La turca sonrió, sintiéndose la más afortunada. Incomprendida de por vida, es la historia del ciego y la turca.

lunes, 27 de abril de 2009

PARA A.

Qué fácil enterrar los muertos,
qué difícil los lamentos.

Lágrimas de cocodrilo
Frágiles como un hilo.

Duelen las mentiras
Cuando al fin las respiras.

La razón ahora me ignora
El corazón por eso, llora.

No entenderé tu rencor
Ni tantos obsequios de dolor.

Te he dado una pista
Poniéndote el primero de mi lista.

Con tu baile de ficciones
Rotas están las emociones

No entraré en el juego
de ver a quién le pesa más el ego.

Nunca me he pasado de la raya
Tú no has dado la talla.

Deseo lo mejor para ti.
Y no lo digo porque sí.

Buena suerte
Y hasta luego.

Hoy soy incapaz de sentir
Por eso tampoco me sale escribir.

domingo, 26 de abril de 2009

MAN ON WIRE


Un documental sobre los sueños. Habla de cómo Philippe Petit, funumbulista francés (equilibrista) se atrevió a cruzar, desde la azotea, los dos edificios que formaban las Torres Gemelas. Lo hizo con tal sólo una cuerda que se extendía de lado a lado de las torres.

Vivió siempre al límite, sin desistir de sus sueños. Se empeñaba una y otra vez hasta que los conseguía. Nadie pudo frenarle. Sus realidades intangibles, al resto les parecían imposibles hasta que él decidió darles una oportunidad. Creyó en sus sueños y esa fue su mayor apuesta. Se regaló, no buscó los porqués simplemente vivió constantemente en la cuerda floja y arriesgó lo que más apreciaba: su vida. Sin embargo, no le importó y no por sobredosis de coraje sino porque era su pasión; esa mezcla de excitación, peligro y riesgo que le provocaban estar encima de una cuerda.

Me atrevo (aunque mi atrevimiento es más verbal que real) a pensar incluso que Petit temió mucho más fracasar en sus sueños que a caer desde la planta 110 del edificio del World Trade Center. Su vida fue todo un reto y queda recogida en este documental.

De apellido Petit, este francés tuvo una gran pasión pero ante todo, fue un gran soñador. Se balanceó siempre sobre la cuerda pero nunca vaciló respecto a sus ilusiones.

viernes, 24 de abril de 2009

QUIZÁS NO TE CONOZCO

Sé que eso es lo que piensas y de veras me alegro si con ello, te quedas más contento. Aunque dime ¿acaso importa cuando…

…dices que trabajas y suenan goles de fondo.

Cuando dices que no has fumado y me giro para no ver el cenicero que parece una chimenea.

Cuando estás preocupado y lo traduces diciendo que estás cansado.

Cuando te cruzas de brazos haciéndote el ofendido porque no sabes pedir que esté pendiente.

Cuando vienes cargado de tristeza y te disfrazas de carcajadas.

Cuando tienes miedo y tu voz suena aún más grave.

Cuando los celos se quedan adentro y sólo sacas el sarcasmo.

Cuando cambias de tema porque has olvidado a qué hora hemos quedado.

Cuando te emocionas pero te contienes.

Cuando otros halagan tu arte y haces como si no le dieras ninguna importancia.

Cuando miras por el rabillo del ojo a las suecas que pasean. Yo mientras, me hago la sueca.

Cuando tu mirada entrenada de indeferencia actúa cuando ves que otro me da un abrazo.

Cuando te sientes un gallina y te vistes de gallito.

Cuando llegas tarde pero no admites que eres un presumido, demasiado para un tipo tan duro! El tráfico - me dices - y yo contesto que sí mientras pienso que las prisas le dan un aire a tu camisa que combina bien con tu sonrisa.

Cuando me observas un buen rato pensando que no veo a través de esas gafas de sol que llevas, creyendo que son tan opacas como la cáscara de un mejillón.

Cuando empiezas un "te quiero" y lo derrites con un "¿te apetece un helado?"

Cuando te pones algo cursi y tu orgullo te castiga.

Cuando logras ser el hombre de hielo y tu mirada irradia el calor del triunfo por haber logrado lo que nunca serás pero, que tan bien has interpretado.

Cuando te hago cosquillas pero no te ríes, no vaya a pensar que eres todo débil.

Cuando dices – yo no espero nada - con la mirada de los niños en la mañana de reyes.

Cuando te abrazo por la espalda y finges que no te gusta.

Cuando lloras a escondidas y el alma te delata porque se siente perdida.

Cuando te despistas volviéndote tierno y niño algunos segundos. Tu mirada me pide que no delate el breve descuido. La mía te responde: descuida!

Cuando dices B después de que yo diga A, por fastidiarme nada más.

Cuando sentir de verdad desconcierta tu absoluto "yo" pero ante todo que nadie se entere. Sobre todo, yo .

Cuando me declaras la guerra sólo por el afán de ganarla.

Cuando me maldices en silencio porque te presento como un amigo.

Cuando dibujas corazones en la arena y los difuminas antes de que llegue.


Por todo esto y algo más, de vez en cuando me gusta guiñarle a la vida. Tal vez trate de alegrarte y sin duda, engañarte cuando digo : quizás no te conozco.

miércoles, 22 de abril de 2009

PARALELAS Y NO PERPENDICULARES

Hoy sería lógico que hablara de libros, del caballero que salvó a la princesa de las garras del dragón y lo abarrotado de gente, tenderetes, prensa y curiosos que está el Paseo de Gracia.

Sin embargo nunca me ha gustado hacer “lo que toca” o lo que los demás esperan que haga. Hoy no hablaremos de Sant Jordi, no me apetece.

Prefiero explicar lo que me ha pasado esta mañana. Pocas veces suelo pararme a mirar las fotos que cuelgan de las paredes de mi habitación. Hay una que la tengo llena de cuadros con collages de fotos de diferentes etapas de mi vida. Siempre están ahí y, la costumbre de verlos me impide mirarlos. Hoy me he parado por lo menos unos minutos o, eso me ha parecido a mi. Había mucha gente, diferentes instantes, familia, paisajes lejanos, recuerdos, amistades que ya no son, momentos que nunca más se repetirán. Mi mirada volaba al pasado y por dentro los sentimientos se mezclaban como si alguien los estuviera removiendo con una batidora. Me alegraba revivir todos los momentos felices que me hacen ser lo que soy. Aunque también me dolía ver que algunas personas nada más se cruzaron en mi camino, eran amistades colgadas; real y metafóricamente hablando.
De repente mi vista se ha detenido en una imagen: dos personas abrazadas que irradiaban felicidad: Gina y yo.

Nos conocimos en el colegio cuando llevábamos bata, uniforme y nos vestíamos de adolescencia. Han pasado unos cuantos años desde entonces pero nuestra amistad sigue intacta.

Divertida, generosa, sensible, comprensiva, con ganas de comerse el mundo…cualidades que la distinguen, que la hacen especial. Irradia buena onda, bromista y sin pelos en la lengua. Es de esas personas que no tiene enemigos, es todo corazón. La sobredosis de optimismo dan como resultado una sonrisa ingenua con la que se gana al personal - femenino y masculino- . A la segunda cerveza se hace con tu confianza, habla con gracia a los desconocidos, cada día hace nuevos amigos. Es singular, es ella misma.

Hoy no es un día cualquiera y no lo digo porque me haya parado a recordar la suerte que tengo de conocerla o de que su amistad camine en paralelo y no perpendicular. Lo especial de esta mañana es que hace 23 años que Gina sonrió al mundo. Felicidades amiga!

lunes, 20 de abril de 2009

RED SONGS


Tiene nombre de pintalabios, es madrileña pero le gusta cantar en inglés, se siente más cómoda – dice.

A sus 22 años ya se ha hecho un hueco en el mundo de la música folk pop aunque ella afirma que el folk de verdad está en Estados Unidos.

Con gafas de colores, mirada tímida y sonrisa rojo pasión nos alegra con canciones como Cigarrettes o They don’t believe. Ella es Russian Red.

Pablo Motos (El hormiguero) y Buenafuente no se mojan demasiado con su: “dará qué hablar”. Pero sin duda, Lourdes Hernández – que así se llama en realidad – cautiva con sus letras suaves, muy acorde con una imagen tan natural como algunos de sus videoclips.

Para los que también vean algo más en esta joven, informarles que el próximo 16 de mayo la madrileña estará en la Faktoria d’Arts (Terrassa).

domingo, 19 de abril de 2009

TRIUNFAR

Artistas, genios, locos apasionados se juntaron en el París del s.XX. Poesía, pintura, escultura…el arte corría como el vino en los cafés más bohemios de la ciudad.

Algunos crearon y se crearon a sí mismos. Otros sólo supieron destruirse. Hubo dos artistas por ese entonces, ambos pintores aunque nunca amigos: Picasso y Modigliani.

La rivalidad entre ambos, “Modi”- que así llamaron a Amedeo Modigliani sus amigos -la calmaba con irreverencia, alcohol y la ahogaba al final, con su propio orgullo.

Los dos vivieron sobre el mismo escenario, se dedicaron al mismo arte pero algo marcó la diferencia entre ambos: el éxito.

Mientras Picasso vivía cómodamente rodeado de sus cuadros, de los aplausos del público, la ostentación y el reconocimiento; Modigliani malvivía sin apenas beneficio, ajeno a los lujos y más cerca de la bohemia pintoresca de París que de los placeres caros.

La muerte tocó a su puerta mucho antes que la gloria. Fue post mortem cuando su obra alcanzó el éxito.

Y es que triunfar tiene forma. El triunfo sería como dibujar un círculo que a veces se hace vicioso. Los que lo poseen lo siguen engrosando mientras que aquellos que lo desean, demasiado es que lo están soñando. Todo artista tira al aire una moneda, con su cara y con su cruz. La suerte y el azar entran en el juego de sus vidas. Picasso tuvo cara en todo, Modigliani vivió la cruz.

Muchos tienen talento, no todos el reconocimiento. Pero ¿qué mide el éxito? ¿Qué significa el reconocimiento?

Supongo que hace falta estar en la piel del artista. Sentir lo que tantos como Modigliani, Rivera o Van Gogh pudieron experimentar en vida. Artistas que vivieron por y para su arte, que creyeron en ellos mismos porque persistieron. Muchos vivieron en un mundo de alucinación continua, de autodestrucción, desesperanza y permanente borrachera.

Lucharon a su manera, entre glorias y miserias. Algunos perdieron el sentido pero nunca la razón que les movía a vivir. Nunca abandonaron su arte y posiblemente sea ese el mayor triunfo que pueda alcanzar el ser humano. Triunfar, a veces no es lo que alaba la mayoría.