jueves, 15 de octubre de 2009

RAMBLA CATALUÑA

  • Las abuelas que con alegría se engalanan cada mañana para ir a desayunar infusión y pastas a la Mauri.
  • Las motos que zigzean entre los coches porque llegan tarde a trabajar.
  • Los ejecutivos trajeados que caminan a paso ligero hablando por su iphone.
  • El señor que ronda los ciencuenta y abrillanta con esmero los zapatos de abogados y banqueros.
  • Las madres que pasean y se paran en las tiendas.
  • Otras madres, más atribuladas que arrastran mochilas enormes, más grandes que sus hijos.
  • Los niños que lloran y se retuercen porque el colegio les parece una tortura.
  • Los jóvenes que van en bicing y se saltan todos los semáforos.
  • Los coches que pitan quejándose por todo.
  • Los observadores que, como yo, miran desde alguna terraza en la Rambla Cataluña.
  • La Cervecería Catalana, llena a cualquier hora.
  • Las adolescentes con esa vestimenta que advierte que están hechas un lio.
  • Los que salen al balcón, como yo, a fumarse un pitillo.
  • Las embarazadas que presumen de pesar el doble.
  • Las tapas de jamón del "5 Jotas"
  • La arquitectura modernista y clásica que me deja la mirada ausente unos minutos.
  • Los diseñadores con cascos de colores chillones y enormes, bambas arcoiris, gorras de Ed Hardy y su mac bajo el brazo.
  • Los guiris que viajaron en low cost y se lo gastan todo en cervezas.
  • El petit comité, del passatge concepció, cuando me invita mi madre que no es becaria.
  • Bohemios con pantalones de 300€ que nadie lo diría. Y eso es lo que pretenden.
  • Los odiosos urbanos que custodian mi coche en la zona azul.
  • El quiosquero de la esquina, que vende diarios y regala sonrisas.
  • La señora que pasa cada mañana a las 9:45h con un modelito recién sacado de algún desfile de Agatha Ruiz de la Prada.
  • Los transportistas que comen el bocadillo en carga y descarga mientras sueltan piropos, más o menos, picantes como la chistorra de sus bocadillos.
  • Las caras que ponen esas burguesitas catalanas cuando los anteriores las halagan en su argot. Escandalizadas huyen porque son demasiado dignas y el bisturí les ha plastificado además de la sonrisa, el sentido del humor.
  • Los comerciales a pie de calle, desesperados por las evasivas de los paseantes.
  • Esos hombres desenfadadamente elegantes que tanto me gustan y me entretienen pensando qué profesión tendrán.
  • Patatas, olivas y cervecita en La Bodegueta.
  • La calle dónde mi padre tiene su hogar.
  • Los perros que andan majestuosos porque no han pisado el campo ni se han ensuciado.
  • Los bachillerato de la Granés que se juntan en los bancos a fumar y hacerse chuletas.
  • Los abuelos que pasan de los locales chic y se juntan en el bar de siempre para echar un dominó.


    La Rambla Cataluña quizás no es excepcional pero para mí, es entrañable.

1 comentario:

  1. bonito volverte a ver x aqui. bonita la ramblar cat. Petit comite es basura. cerveseria mola q-ti-cagues. Al supertramp

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