- Las abuelas que con alegría se engalanan cada mañana para ir a desayunar infusión y pastas a la Mauri.
- Las motos que zigzean entre los coches porque llegan tarde a trabajar.
- Los ejecutivos trajeados que caminan a paso ligero hablando por su iphone.
- El señor que ronda los ciencuenta y abrillanta con esmero los zapatos de abogados y banqueros.
- Las madres que pasean y se paran en las tiendas.
- Otras madres, más atribuladas que arrastran mochilas enormes, más grandes que sus hijos.
- Los niños que lloran y se retuercen porque el colegio les parece una tortura.
- Los jóvenes que van en bicing y se saltan todos los semáforos.
- Los coches que pitan quejándose por todo.
- Los observadores que, como yo, miran desde alguna terraza en la Rambla Cataluña.
- La Cervecería Catalana, llena a cualquier hora.
- Las adolescentes con esa vestimenta que advierte que están hechas un lio.
- Los que salen al balcón, como yo, a fumarse un pitillo.
- Las embarazadas que presumen de pesar el doble.
- Las tapas de jamón del "5 Jotas"
- La arquitectura modernista y clásica que me deja la mirada ausente unos minutos.
- Los diseñadores con cascos de colores chillones y enormes, bambas arcoiris, gorras de Ed Hardy y su mac bajo el brazo.
- Los guiris que viajaron en low cost y se lo gastan todo en cervezas.
- El petit comité, del passatge concepció, cuando me invita mi madre que no es becaria.
- Bohemios con pantalones de 300€ que nadie lo diría. Y eso es lo que pretenden.
- Los odiosos urbanos que custodian mi coche en la zona azul.
- El quiosquero de la esquina, que vende diarios y regala sonrisas.
- La señora que pasa cada mañana a las 9:45h con un modelito recién sacado de algún desfile de Agatha Ruiz de la Prada.
- Los transportistas que comen el bocadillo en carga y descarga mientras sueltan piropos, más o menos, picantes como la chistorra de sus bocadillos.
- Las caras que ponen esas burguesitas catalanas cuando los anteriores las halagan en su argot. Escandalizadas huyen porque son demasiado dignas y el bisturí les ha plastificado además de la sonrisa, el sentido del humor.
- Los comerciales a pie de calle, desesperados por las evasivas de los paseantes.
- Esos hombres desenfadadamente elegantes que tanto me gustan y me entretienen pensando qué profesión tendrán.
- Patatas, olivas y cervecita en La Bodegueta.
- La calle dónde mi padre tiene su hogar.
- Los perros que andan majestuosos porque no han pisado el campo ni se han ensuciado.
- Los bachillerato de la Granés que se juntan en los bancos a fumar y hacerse chuletas.
- Los abuelos que pasan de los locales chic y se juntan en el bar de siempre para echar un dominó.
La Rambla Cataluña quizás no es excepcional pero para mí, es entrañable.
jueves, 15 de octubre de 2009
RAMBLA CATALUÑA
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bonito volverte a ver x aqui. bonita la ramblar cat. Petit comite es basura. cerveseria mola q-ti-cagues. Al supertramp
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