miércoles, 23 de diciembre de 2009

CRISIS

Se ha quedado en el paro el oficio de mis letras y es que cuanto más siento, menos digo. No me queda más remedio, las ideas salen a subasta. Me abandonan y se van con su nuevo dueño, han dejado de pertenecerme.

Ya no queda presupuesto para rayas ni palabras. Los sueños redactados han hecho crack. Como tragaperras echo monedas a mi pluma para acertar la combinación pero nunca llega porque, la imaginación está en recesión y al final, el resultado son páginas en stock con plus de insatisfacción. Me rebajo y cuelgan de mis anotaciones, carteles que marcan con fosforitos “al 50% de ingenio”.

No me alcanza para un flotador que, rescate los mares revueltos de mi estilo liquidado. La lengua va dando tumbos por las esquinas con poco o nada que decir. La moleskine se ahoga entre frases anuladas como las tarjetas que un día fueron oro de lo brillantes y hoy, se queman a la sombra del rojo vivo. Los nombres pasan de ser autógrafo a una firma vulgar, es el indicio de lo que se avecina, la baja y factura sellada con anonimato.

Pero hablemos de precios porque, elegir lo que uno prefiere tiene un coste bien alto, sólo apto para los más pudientes de barrios de derecha y eixample de valientes. Mi deseo es tenerte pero antes, un consejo, que la ambición no ciegue lo que dejaré pasar porque nada es gratis y los folios en blanco van a la caza de un tal Marx para saldar la cuenta pendiente con la fugada inspiración.

Qué barato es encapricharse y qué ruina, el haberte escogido. Pido un crédito a la genialidad y de tanto esperar opto por alquilar esas noches en que el lápiz parece correr como las acciones en Wall Street, donde escribo más que pienso, donde siento lo que produzco. Pero la cosa está muy negra. Miro en la prensa las páginas de la bolsa que no deja de bajar. Se ha subido en el mismo ascensor que viaja ahora mi creatividad, precipitándose al sótano, tan alejado de la gloria.

Así que vayamos al casino y apostemos todo por el rojo, el color de la pasión. Esa que lo da y lo quita todo. Dejemos el destino en manos del croupier y en la mesa de juego, nuestra alma cronista intercambiada por una cuantas fichas.

Qué difícil explicarte; no no, quiero decir, expresarte…aunque bueno, ya ni sé como reprocharte que eres el culpable de mi particular crisis. Pero para eso ya están los artistas que sacan ironía y agudeza del bombín con frases sabineras que auguran mi finiquito: “¿Cómo quieres que escriba una canción si a tu lado no hay reivindicación?”

3 comentarios:

  1. no había visto lo de los comentarios, que despiste...me ha encantado.Me quedo con 'No me alcanza para un flotador que rescate los mares revueltos de mi estilo liquidado.'

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  2. la nieve y los artistas, si quieren ser, deben volar, marionetas del viento, el destino, porque en cuanto ponen los pies en el suelo, se vuelven grises

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