La bondad es como los regalos, depende con que vaya envuelta nos saltan las alarmas de la imaginación, dan ganas de descubrir lo que hay dentro. Pero la vista juega a despistarnos y si lo que vemos daña nuestros sentidos perdemos el interés hasta de abrirlo.
A las personas nos ocurre lo mismo, somos algo, no sé bien bien el qué. Envueltos en sujeto, predicado, con adjetivos y verbos subjuntivos.
Yo conozco a alguien con esencia de bondad sin embargo, su envoltorio no es lo más adecuado. Unos revestidos de papel cuché y él con papel de alcohólico e irónico abrazado por un lazo de fatalidad, vive enganchado a la melancolía como una pegatina que esconde toda su fragilidad.
Así que si reciben un regalo, no se dejen cautivar por lo de fuera. Al fin y al cabo, no perdura sino que más bien va directo a la basura. Vayan más allá, busquen adentro de las personas y regalos porque puede que encuentren algo/alguien que merezca la pena.
Si por el contrario deciden regalar o regalarse no se olviden que la bondad no necesita rodearse de vanidad. Sólo necesita presentarse envuelta en sinceridad.
¿Pero existe realmente la bondad?
ResponderEliminarnunca me habías dedicado nada.
ResponderEliminar¿gracias?