viernes, 19 de marzo de 2010

REGÁLAME BONDAD

La bondad es como los regalos, depende con que vaya envuelta nos saltan las alarmas de la imaginación, dan ganas de descubrir lo que hay dentro. Pero la vista juega a despistarnos y si lo que vemos daña nuestros sentidos perdemos el interés hasta de abrirlo.
A las personas nos ocurre lo mismo, somos algo, no sé bien bien el qué. Envueltos en sujeto, predicado, con adjetivos y verbos subjuntivos.
Yo conozco a alguien con esencia de bondad sin embargo, su envoltorio no es lo más adecuado. Unos revestidos de papel cuché y él con papel de alcohólico e irónico abrazado por un lazo de fatalidad, vive enganchado a la melancolía como una pegatina que esconde toda su fragilidad.
Así que si reciben un regalo, no se dejen cautivar por lo de fuera. Al fin y al cabo, no perdura sino que más bien va directo a la basura. Vayan más allá, busquen adentro de las personas y regalos porque puede que encuentren algo/alguien que merezca la pena.
Si por el contrario deciden regalar o regalarse no se olviden que la bondad no necesita rodearse de vanidad. Sólo necesita presentarse envuelta en sinceridad.

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