miércoles, 5 de agosto de 2009

SILENCIO

El silencio a veces suena más fuerte que la sirena de una ambulancia que de igual forma, siempre ignoramos.

Es conversar con las miradas, en las que no cabe ni una sola palabra, sólo gestos que hablan lo que dice tu alma.

Es un grito que corre por tu mejilla en forma de lágrima y dice mil cosas traducidas en idioma sollozo.

Es un buen compañero que acallamos por miedo.

Es confianza contigo, comodidad, complicidad con uno mismo.

Es diálogo interior, es autoentrevistarse.

No calla ni debajo del agua.

Es confusión, acumulación de voces, miedo a equivocarse.

Es sordera espacial.

Es búsqueda de equilibrio.

Es un mano a mano con tu mismidad.

Es dialogar con tu propia fragilidad.

Es olvido o indiferencia cuando se hace elástico en el tiempo.

Siempre habla en voz alta. Escucharlo demuestra valor.

Es a veces producto de sentirse vacío o lleno de hobillos de pensamientos.

Es desenterrar la verdad que hay en nosotros.

Es inmensidad.

Es la chispa de ese fuego que aún no se ha extinguido.

El silencio siempre habla. Escúchenlo!

3 comentarios:

  1. No debería decir nada, pq me quedé escuchándolo (al silencio)... ¡¡¡¡¡¡pero que buen escrito!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Esa es la donga que sabe emocionar, que sabe llegar al alma como una flecha. Esa es la donga con ese gran conomiento intuítivo de la vida, con su sabiduría tácita del sentir humano...

    Gracias SARA

    la sister

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  2. ¿Verdad? ¿En nosotros? Todo es mentira.

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  3. Se considera el matiz Supersalvajuan, no siempre hay verdad en nosotros. Quizás hay mentira o quizás no hay nada no obstante, la importancia del silencio radica en poder escucharlo, en descubrirnos tal y como somos. Con nuestras virtudes y nuestras miserias. Con todo o con nada, solos o acompañados. Felices o desgraciados. Con odio o amor...sea lo que sea, nuestros sentimientos se oyen mejor en silencio.

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