lunes, 24 de agosto de 2009

VICEVERSA

Tengo miedo de verte

necesidad de verte

esperanza de verte

desazones de verte.

Tengo ganas de hallarte

preocupación de hallarte

certidumbre de hallarte

pobres dudas de hallarte.

Tengo urgencia de oírte

alegría de oírte

buena suerte de oírte

y temores de oírte.

o sea,

resumiendo

estoy jodido

y radiante

quizá más lo primero

que lo segundo

y también

viceversa.

De Mario Benedetti

jueves, 20 de agosto de 2009

THERE IS LIFE BEFORE THE DEATH?

Habló el maestro Punset de esta frase tan llena de verdad y mentira – diría Mejide.
Banalizamos, hablamos, sufrimos por lo que nunca fue, lo que nunca tuvimos, lo que no sabremos jamás. El “no” posee tanta verdad como el “si”. Me gusta más el sí, las respuestas con teoría sencilla fruto de mucha experiencia. Igual que lo real siempre supera a la ficción. La verdad está aquí y ahora. Y aunque el mañana nunca muera ¿porqué nos torturamos con lo que llegará cuando ya ni seremos? Si una moneda tiene cara y cruz ¿porqué elegimos crucificarnos? Ir más allá no requiere pensar en el más allá sino en plantear las cosas de forma distinta, del lado que conocemos que, por cierto, no siempre es mucho.

Vivimos esclavos de lujos y poses como si eso fuera lo verdaderamente importante cuando deberíamos movernos sólo por aquello que nos entusiasma, que nos despierta el alma sin más.

Vemos sólo lo que queremos, lo que nos dejan ver, lo que nos venden. No nos importan los valores sólo el valor de las cosas. Cosas que nos dan esa felicidad instantánea que se esfuma tan pronto las poseemos y entonces queremos más, otras cosas que son no necesarias pero creemos necesitar. Dejamos que la verdad se vaya cubriendo de pompa y del resplandor del tener que se baña siempre en burbujas de opulencia.


Criticamos pero no actuamos. Ya no filosofamos sólo, rentabilizamos. No queremos cambiar el mundo, sólo comprarlo y venderlo.

Vivimos del revés, pensando en la vida después de la muerte cuando la pregunta correcta sería preguntarnos si hay vida antes de la muerte. Deberíamos pensar si la vida que tenemos es la que querríamos tener, qué posibilidades nos ofrece, cómo queremos vivirla. Pero a eso no nos enseñan en la universidad, ni en el colegio. Nos da miedo pensarlo, saber que quizás no somos lo que queremos ser, tememos reconocer que nos hemos traicionado, que llevamos la vida que otros eligen por nosotros. Es más sencillo pensar en lo que no depende de nosotros, lo que vendrá pero nosotros no elegiremos porque la libertad se anhela pero también asusta. Ser dueño de uno mismo, ser el guionista de tu propia vida es una mezcla de satisfacción y turbación porque erraremos, porque tendremos que pedir perdón, porque lloraremos y también sufriremos pero todo ese dolor será el que nos transporte a lo que queremos y deseamos ahora y hoy.

miércoles, 19 de agosto de 2009

ARRIESGA

A veces arriesgar es la postura más conservadora, la menos temida e inestable. Me explico. La comodidad, la conformidad y la normalidad no acarrean ningún riesgo pero sí una muerte anunciada, la tuya. Ser como los demás, vivir como el resto. Dejas de ser tú, para ser ellos, para ser nadie. Eres uno más y eso sí que es arriesgado.

El riesgo no implica aventurarse sino asegurarse. El riesgo te permite ser en vez de simplemente estar. No hay mayor riesgo que el no arriesgar. Hacer lo impensable no es ninguna locura, todo lo contrario, resulta de lo más saludable.

Arriesgar puede que nos traiga sufrimiento y éste, duda, nos tira de cabeza a la realidad. Cualquier experiencia dolorosa quedará sellada en nosotros, nos abrirá los ojos para más adelante. Será nuestro pasaporte hacia lo interesante y verdadero.

Mi consejo…arriesga siempre.

sábado, 15 de agosto de 2009

REPETIR



Hacía bastante tiempo que había visto CLOSER pero me apeteció repetir. No nos vamos a engañar, de vez en cuando apetece dejarse seducir por Jude Law aunque en este film no incite como en Alfie, no importa porque, él siempre tendrá esa mirada que te dice: te perdono. Esa sonrisa que derrite la racionalidad y ese estilo british que sólo a él le otorga la distinción de lord.

De la primera vez que la vi me gustó la sinceridad de algunos de los diálogos, la suciedad de las relaciones personales, las obsesiones de cada uno, la fragilidad ante el amor y como no, el deseo en cada uno de los personajes. Su doble filo, su cara y cruz. Sin embargo, hubo una frase que me pasó por alto, no la contemplé y es que a medida que pasa el tiempo a uno le interesan otras cosas. Cada uno interpreta a su manera, según sus experiencias y aunque no nos demos cuenta la perspectiva cambia. La mía ha cambiado y por eso reflexioné sobre esta frase:

- Es porque tiene éxito (Natalie Portman)
- No. Es porque no me necesita (Jude Law)

Elijan la suya!

FELICIDAD

La felicidad también llega por sms. La felicidad se moderniza. Es un instante, es etérea, tal como viene se desvanece, es caprichosa, escurridiza…si no fuera así no sería felicidad. Es necesaria abrazarla sin apretarla porque de igual forma se esfumará. Es ponerse gafas graduadas en pureza. Es una amante demasiado viajera. Es el lujo al que también pobres acceden. Es los colores del arcoiris. Es que tu sonrisa se convierta en un tic. Es dejarse cautivar por todo lo que te rodea. Es besar las utopías. Es el engaño más dulce. Es convertir la ilusión en una constante. Es una hemorragia de alegría. Es atiborrar de chucherías al corazón. Es olvidarse de justificarse. Es descubrir que nada es demasiado importante. Es estrenar sensaciones. Es enamorarse. Es ser premio Nobel y descubridor de que no todo es posible. Es no verla pero, sentirla. Es licenciarse en reírse de su propia figura. Es estar arriba y abajo al mismo tiempo. Es descoordinación de tus sentidos aprobada por tus sentimientos. Eres tú. Aprovechémosla mientras dure.

viernes, 14 de agosto de 2009

BREAK UP

Podéis ver la canción entera en la sección de "cultura" de El Mundo http://www.elmundo.es/elmundo/cultura.html

jueves, 13 de agosto de 2009

DISCUTIR

Las circunstancias son la trampa de la que se beneficia el discutir. Él se ha ido a México por trabajo, yo estoy en España. Mientras él trabaja, yo tomo el sol. Somos muy diferentes, demasiado diría yo. Compartimos intereses pero nuestras personalidades distan como los 10.000 km que ahora mismo nos separan. Sin duda, eso es lo que nos salva, aunque me ha costado entenderlo. Yo soy demasiado visceral así que, como buen libra que es él, lleva un saco lleno de razones para equilibrar la balanza. No le gusta discutir y es bien fácil no enfadarse siempre y cuando no haya alguna que otra adversidad. Pero a mí se me cuelan los recuerdos en el caparazón que llevo por disfraz y no aguanto la distancia, no verlo ni escucharlo. Pienso mucho en él, su cabeza está llena de responsabilidades y trabajo, veo atardecer mientras tomo una cerveza bien fría en el chiringuito de la playa, dicen su nombre e irremediablemente me giro. No es él, lo sé antes de girarme, pero no puedo evitarlo. Juega conmigo la impaciencia. Él mientras, trabaja. A mí se me hincha el pecho de nostalgia. Entierro en la arena todos los besos que le mando porque caducan antes de llegar a la esquina. Me escribe cuando se despierta, yo también despierto pero de la siesta. De noche la vista me traiciona, bueno eso me digo, aunque sé que el responsable es esa válvula que bombea mis sentimientos y me engaña proyectando su imagen en personas ajenas. Él trabaja, no hay tregua. Los días del calendario se me atragantan como las uvas en fin de año, una cuenta atrás que me atiborra de inquietud. Escuchar su voz suena a top10. Le pido que vuelva que, es lo mismo que decirle que atraviese el Atlántico sobre ruedas, palabras que deseamos porque ni siquiera pensamos. ¿Me esperas? – pregunta él. Espero y me desespero. No me importan los días sino el no comunicarme, el no poder decir lo que quiero que sepa. Radio, carteles, televisión, noticias en los diarios…todos hablan de México. Nombran la ciudad aunque en el fondo es como si sólo hablaran de él. Siempre ocurre que cuando algo o alguien se nos vuelve intangible la mente juega a materializar aquello que por circunstancias ya no podemos tocar. A medida que pasan los días, la incertidumbre, la distancia…van lijando mi aguante, mi poca paciencia. Siempre me he confesado una impaciente. Él tiene templanza. La fortaleza también se me escurre como arena entre los dedos y ya tengo servido mi plato de discusión.

Busco en el diccionario la palabra “discutir” y para mi sorpresa encuentro más que un significado, una acertada interpretación. Discutir viene del latín discutere, derivado de quatere (sacudir). Vayamos paso por paso. Discutir significa sacudir. Tratar de separar algo. Y es que para los Romanos discutir, sacudir o separar era la prueba de la solidez de algo. Es decir, el hecho de discutir ponía a prueba la solidez en base a si se producía o no, una separación. Lo que significa que discutimos para demostrarnos que sigue existiendo una unión, que hemos burlado a la separación. Cuando ya no hay discusiones, ni sacudidas emocionales es momento de coger las maletas y largarse. Es curioso que el diccionario recoja una visión tan antropológica y cercana de las relaciones humanas.
Discutir es perder el tiempo siempre y cuando no sea encontrar razones que desaprueben la separación. Ya queda menos!

martes, 11 de agosto de 2009

VIDAS Y CIGARROS

Si uno se para a contemplar un cigarro puede incluso encontrar ciertas analogías con su vida.

En ambos caso hay principio y fin. En el durante, requerimos del inspirar y también del expirar. Para unos se les consume lentamente mientras que para otros, su existencia se cuenta en dos caladas. Unos la disfrutan, saborean el humo del vivir aunque para otros, resulta un lastre. Humo contaminante. Todos somos fumadores, activos o pasivos. Hay los que deciden cómo vivir y los que dejan que otros escojan por ellos. Indiscutiblemente, vida y cigarro siempre está en nuestra mano.

El resultado final es que acabamos amontonados como colillas, unos quizás en caros ceniceros otros en las latas reutilizadas de Coca cola que venden a la salida de los metros. Tanto da, porque la consecuencia es la misma y ante ciertos acontecimientos, todos somos iguales. Ya lo dijo Manrique en uno de sus poemas.
Nunca sabemos cuando será el último pitillo que nos fumemos, tampoco nuestro último día de vida. Y al final, sólo quedan cenizas.

lunes, 10 de agosto de 2009

EL PENSAMIENTO NEGATIVO



El pensamiento negativo de Risto Mejide

viernes, 7 de agosto de 2009

ENCENDERSE Y APAGARSE

Son estados de la mente, del alma, de la persona. Dentro de cada ser humano existe una llama, en todos y cada uno de ellos. Sin embargo, no todos poseen la chispa capaz de avivarla. A veces ardemos como antorchas y ni el viento más enfurecido puede con el fuego que nos mueve. Otras, iluminamos tenue como velas y bebemos del fuego que prende de un hilo, más frágil, más suave pero duradero en el tiempo.
También somos cigarrillos: rápidos y frenéticos, sentimientos anicotinados, que vienen y van, que se fugan en los labios para convertirse en humo y aire, que se mezcla y se va. Que vienen para no volver.

En cualquier lugar podemos encendernos. Sentir el fuego en los adentros, tener ganas de sacarlo porque nos quema allá dentro. Una hoguera de sensaciones que se ve, que se siente, que se toca. Ilusión por discutir, descubrir, ver y al fin, sentir aunque siempre corriendo el riesgo de quemarnos. No importa, cuando llega el momento porque las consecuencias sólo son ceniza. Se borra en el diccionario la palabra “desgana”. En las noches más oscuras resplandecemos y es que, corren por las venas sustancias incandescentes que los hombres suelen llamar pasión. El corazón, pura bomba de relojería, las emociones marcan nuestros segundos. Tenemos hambre de saberlo todo. Soñamos que despertamos del letargo de tantas ideas que se apelotonan entre ellas, se pelean con el Dios cronos que impide solaparlas. Quemamos de ilusión porque alguien supo sacar lo mejor de nosotros, alguien que nos eleva, que nos despega los párpados para dar fe de los fuegos artificiales que residen donde un cirujano no alcanza. Las acciones palpitan, los límites se erradican, nuestros movimientos son pulsiones vibratorias. Sentimos que la vida es utopía. Héroes disfrazados por las calles, lo inanimado habla, los sueños que eran momias ahora cobran vida, todo es posible. Vomitamos luz, que sale de nuestro interior. El oxígeno nos lo bebemos. Alguien viene a darle al interruptor de los sentimientos. La chispa de lo ajeno es el principio de un incendio personal.

Es radiante y a la par, frustrante. Tarde o temprano llega el apagón. El tiempo pierde su sentido, no distinguimos entre aprovechado y perdido. Nos resbala, se resbala de las manos. Corre a la deriva como las gotas de cera en una vela. Las ideas se ahogan en nuestro mar de dudas. El viento sopla en dirección a la indiferencia. Nos sentimos los vencidos. La insatisfacción se hace del material más elástico que hayamos visto. Borracheras de sinsabor dan positivo en las venas. Sentimientos caducados que ya saben a rancio recuerdo. La llama ahora es ceniza, tan gris como esos días en que no hay nada qué decir, que más vale callar y guardar lo mejor de uno mismo. Nos arde al acordarnos cuando lo tuvimos todo pero ya lo quemamos. Viajamos por el interior, sin rumbo, sin destino hasta que paramos en una estación: Bienvenidos a desolación. Ilusiones desbancadas. Ya no hay chispa, ya no hay llama. No encontramos ese mechero que flambea nuestras ilusiones.

Encenderse y apagarse: tan fácil, tan gratificante, tan duro y peligroso. Sin duda, merece la pena el riesgo de la quemadura, que escuece pero no mata como el apagarse.

miércoles, 5 de agosto de 2009

SILENCIO

El silencio a veces suena más fuerte que la sirena de una ambulancia que de igual forma, siempre ignoramos.

Es conversar con las miradas, en las que no cabe ni una sola palabra, sólo gestos que hablan lo que dice tu alma.

Es un grito que corre por tu mejilla en forma de lágrima y dice mil cosas traducidas en idioma sollozo.

Es un buen compañero que acallamos por miedo.

Es confianza contigo, comodidad, complicidad con uno mismo.

Es diálogo interior, es autoentrevistarse.

No calla ni debajo del agua.

Es confusión, acumulación de voces, miedo a equivocarse.

Es sordera espacial.

Es búsqueda de equilibrio.

Es un mano a mano con tu mismidad.

Es dialogar con tu propia fragilidad.

Es olvido o indiferencia cuando se hace elástico en el tiempo.

Siempre habla en voz alta. Escucharlo demuestra valor.

Es a veces producto de sentirse vacío o lleno de hobillos de pensamientos.

Es desenterrar la verdad que hay en nosotros.

Es inmensidad.

Es la chispa de ese fuego que aún no se ha extinguido.

El silencio siempre habla. Escúchenlo!