miércoles, 11 de febrero de 2009

REDES SOCIALES

A veces me pregunto si las últimamente omnipresentes redes sociales (vease Facebook, Tuenti, Fotolog, Keteke, etc) sirven para algo más constructivo que fisgonear a desconocidos y perder las horas tontamente.

Hoy he comprobado que sí, que algo de bueno hay ahí dentro. Una amiga tenía agregado a una persona con la que tuve una relación durante dos años y del cual me enamoré. Ahora nuestra relación es nula…ni siquiera he aceptado su solicitud de Facebook pero a través de esta amiga, he podido ver algunas fotos. No me he entretenido mucho pero sí he leído su “estado” o la frase diaria que uno suele poner. Sigue tan optimista como siempre, con sus ideales por las nubes y esa gracia al escribir!

No sé porque pero siempre me he sentido atraída por la gente que le gusta escribir. Es un don y quien lo tiene, por lo menos me suele interesar. J al escribir te sacaba una sonrisa con tanta facilidad como una lágrima, sabía llegar a tu interior. Aún conservo sus cartas con perfecta caligrafía. Siempre me sorprenderá esa facilidad tan suya de darle la vuelta a las cosas. Igual que Arguiñano con las tortillas, él volteaba los sentimientos con igual soltura. El pesimismo lo tornaba en ilusión, la presión en el baño más espumoso y relajante, todo tenía solución en sus manos…

Me viene a la mente una frase del último libro de Antonio Gala que dice algo así como: “somos lo que nos han dado y nos han quitado”. Probablemente J. me dio mucho más de lo que me quitó. Aunque es una apreciación bastante subjetiva. De lo que sí estoy segura es que lo que soy, se lo debo a los demás. Aquí es donde retomo mi opinión al respecto, subjetiva donde las haya sin embargo, me ha arrancado una sonrisa. Para mí, suficiente.

A veces, en la situación más tonta, en el lugar más superficial encuentras algo que no lo es y entonces, te das cuenta que nada es tan malo como dicen algunos ni tan bueno como afirman otros. Las redes sociales son, al fin y al cabo, como esos libros en los que si te alejas acabas viendo una figura mientras que cuanto más de cerca los miras (hasta quedarte prácticamente bizco), menos significado tienen. A mí, mirarlo de lejos me ha dado un recuerdo y me ha quitado minutos. Tiempo derrochado, qué digo, aprovechado!

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